Diciembre 2006
Era viernes por la tarde y por fin salían todos de su ultimo examen.
Las chicas habían quedado en ir a ducharse y cambiarse a la casa de Rebeca, pues vivía cerca de Rober. Bruna había intentado incluir a Dani en ese plan, ya que ambos vivían en una urbanización algo más retirada y sino le tocaría irse a él sólo y volver, pero las chicas se habían negado.
- Lo siento Dan, sabes que eres mi bombón de chocolate blanco preferido - bromeó coqueta Rebeca refiriéndose al rubio platino del pelo de Dani - pero vamos a tratar cosas de chicas y... No querrías saber nuestros secretos. - Añadió provocando risas entre las amigas.
- Vente a duchar a mi casa tío, está más cerca que la tuya y así vamos juntos - le invitó Alex - Así podemos comprar la bebida a la vuelta. Diego, el hermano mayor de Alex, había accedido a comprarle algo de alcohol para la fiesta bajo la promesa de que el se controlaría y no bebería de más, ya que ellos aún tenían 17 años y estaba prohibida la venta de alcohol a menores de edad.
Un par de horas más tarde Dani y Alex acudieron a casa de Rober. En la entrada se encontraron con Víctor y David, para pasar los cuatro juntos. Resultó que Rober vivía en una especie de mansión en la zona más rica del barrio. Era una casa minimalista que parecía sacada de una revista de arquitectura o decoración. En la puerta estaba Carol con Rober, quien se notaba ya un poco intoxicado y les recibió con los brazos abiertos.
- Me alegro de veros tíos - Saludó mientras chocaba los puños con Víctor y hacía una especie de reverencia extraña hacia David, quien puso los ojos en blanco. Rober estaba de punta en blanco, con unos zapatos que parecían de piel auténtica y una americana elegante sobre una camisa con un exceso de botones desabrochados para gusto de Alex. Cuando pasaban, Alex apreció por el rabillo del ojo como David le entregaba algo disimuladamente en la mano a Rober y el se lo metía en el bolsillo mientras le guiñaba un ojo.
- Chicos, podéis dejar la bebida en las mesas que hemos puesto al fondo del salón ¡Poneos a gusto! - Les indicó Carol como una buena anfitriona, ganándose un guiño de Víctor que hizo que se ruborizara exageradamente.
En el salón estaban ya algunos de sus compañeros riendo, bebiendo y bailando y pronto los cuatro chicos se unieron al ambiente. Víctor sirvió copas para los cuatro, David y él bebían cerveza, mientras Dani y Alex habían comprado una botella de un whisky barato para compartir.
- Hola chicos - Apareció Lucía de la nada. Tenía su lacio cabello negro perfectamente peinado y vestía una minifalda negra que dejaba sus delgadas piernas al aire. Alex pensó que ya empezaba a hacer mucho frío para ir así vestida pero, quién era el para juzgar.
- Hola Luci... Le devolvió el saludo Víctor agarrando su cintura - Ella bajó la mirada tímida y se colocó el cabello detrás de la oreja, después se dirigió a Alex con sus ojos de cordero - ¿Qué tal ese último examen Alex?
Dani soltó un bufido mientras rodaba los ojos hacia atrás y David contuvo una carcajada. Lucía ignoró a los amigos y se dirigió a Víctor, ya que era el único que le estaba prestando la atención que ella demandaba.
- ¿Me invitarías a una copa? No me ha dado tiempo a traer nada yo misma...- Pidió con un puchero y eso fue todo lo que le basto a Víctor para agarrarla de la mano y llevarla a la barra improvisada que había montado Carol. Dani negó con la cabeza en silencio antes de dar un buen trago a su copa de whisky con Cocacola.
De pronto se oyó un poco de barullo en la entrada y los tres amigos miraron para descubrir de que se trataba, sus amigas habían llegado y estaban creando un pequeño revuelo con su presencia.
Vio entrar primero a Rebeca y Anita dadas de la mano. Perfectamente maquilladas y peinadas, Rebeca llevaba su cabello rubio recogido en una trenza de raíz y un vestido rojo oscuro que no dejaba nada a la imaginación, con un abrigo encima bastante elegante; Anita, quien solía ser más discreta llevaba unos vaqueros de talle alto muy ajustado con un top amarillo sin mangas y escote muy pronunciado, se había maquillado de manera que acentuaba sus exóticos rasgos.
Alex notó como Jaime y Marco miraban a sus amigas como si quisieran comérselas, pero ellas ajenas, corrían hacía Dani y David emocionadas por estar simplemente en la fiesta. Detrás de Rebeca y Anita pasó Carmen, acompañada por Carol. Carmen llevaba una falda de tubo negra y una camiseta con algún tipo de slogan reivindicativo metida por dentro, llevaba unas medias negras y unas botas de estilo militar y también una chaqueta de cuero negra bajo el brazo... No podía ser más su estilo, pensó Alex, y sonrió.
Sin embargo, la siguiente en entrar fue Bruna, que parecía distraída buscando algo en su bolsa habitual de tela... Alex creía estar viendo una alucinación. Ella llevaba su cabello recogido en una larga cola de caballo alta, de manera que sus rizos caían en una especie de cascada color caramelo hasta su nuca, que se veía esbelta y despejada, y sobre la frente le caían algunos rizos rebeldes. Se había maquillado, resaltando sus pómulos, también sus ojos pintados a "lo Cleopatra", y un rojo carmín acentuaba sus ya perfectos labios. Llevaba un vestido muy ceñido de terciopelo color escarlata, era de manga larga con un escote de pico muy pronunciado, había cambiado sus botas de montaña por unas zapatillas de cordones también de terciopelo a juego con su vestido y llevaba unas medias negras que llegaban solo hasta medio muslo, dejando ver unos centímetros de piel desnuda entre ellas y el final de su vestido cuando caminaba. Bruna nunca vestía tan ceñida asique por primera vez Alex podía apreciar la perfección de sus curvas, tenía una diminuta cintura que competía con unas caderas algo más anchas, dando como resultado un cuerpo con forma de guitarra perfecto. Sus piernas eran delgadas pero definidas y su escote era... Simplemente perfecto, sus pechos firmes y de un tamaño perfectamente proporcionados con su estrecha espalda ni siquiera se movían al caminar, y eso que probablemente ella no llevase ningun sujetador...
- Tío, hazle una foto, que te durará más - Rober había estado observando la reacción de Alex y no despercidio la oportunidad de hacerle sonrojarse como un tomate - Díselo está noche, hazle caso a tu amigo Rober - le recomendó hablando de si mismo en tercera persona.
Mientras tanto, Bruna les había alcanzado y miraba a Alex con la sonrisa más hermosa que él había visto en toda su vida, podría llevar un saco de patatas encima que con esa sonrisa siempre se ganaría la fascinación de Alex.
- Hola Lex, estás guapo - saludó ella.
Alex no se veía capaz de juntar dos palabras con sentido y no tartamudear asique simplemente colocó ligeramente la mano sobre la parte baja de la espalda de su amiga y con una sonrisa la guió hacia la mesa de las bebidas.