—Para mi primer deseo, deseo algo que pueda transportarme a cualquier lugar al que quiera ir en el Universo —dijo Kent, conteniendo la respiración.
Mientras estaba en la Tierra, había pasado muchos años aprendiendo sobre la naturaleza de los deseos.
Había visto innumerables películas que exploraban el concepto de deseos y genios, y en aquel entonces, a menudo fantaseaba con tener la oportunidad de hacer uno él mismo.
Por supuesto, su deseo en ese momento era simple: poder usar su pene completamente y experimentar placer. Sin embargo, eso era solo un cuento de hadas en su mente en aquel entonces.
Ahora, las cosas eran diferentes. Ya no estaba en un mundo donde la cultivación era imposible, y la oportunidad de hacer deseos reales finalmente estaba al alcance de su mano.
Su objetivo era romper el sistema de deseos.