El día de la subasta finalmente llegó.
Por toda la secta, los discípulos núcleo e internos que tenían invitaciones ya habían partido hacia la Ciudad de Vastport, donde se realizaría la subasta.
Los ancianos de la secta y los Maestros de la Puerta no eran la excepción. Esta era la subasta anual donde se comerciaban algunos de los objetos más poderosos, e incluso objetos del alma.
La Casa de Subastas Hoja Verde tenía el alcance más lejano cuando se trataba de adquirir algunos de los tesoros más valiosos que uno podría esperar obtener.
A través de los cuatro reinos, individuos poderosos y ricos ya se habían reunido para asistir a la subasta.
Durante los próximos tres días, algunos de los tesoros más valiosos serían vendidos, y solo aquellos con los bolsillos más profundos se marcharían sonriendo.
Pero no todos iban allí para comprar. Algunos tenían sus propios motivos, y una de esas personas era Kent, que iba allí para completar una misión.
