El plan era venir a detener al mocoso que había faltado al respeto a su discípulo y, en última instancia, desafió la autoridad de ella como la Santa de la Píldora a través de su insignia de alquimia.
Pero no salió como estaba planeado.
Primero, una criatura que solo sabe hacer una cosa, causar problemas, la regañó.
Luego, su único y verdadero discípulo fue maldecido por el mocoso al que perseguía, dejándola incapaz de atacarlo incluso si quisiera hacerlo.
Luego, una simple Santa de la Lanza la amenazó, lo que la sacudió hasta los huesos. El aura que mostraba la Santa de la Lanza era demasiado para que ella pudiera hacer algo.
Pero eso fue un mal movimiento por parte de la santa. El hecho de que tuviera el poder de amenazarla no significa que no se haya puesto en la línea de fuego futura de la Santa de la Píldora.
