Kent despertó con un vigor y una fuerza renovados. Aunque su cuerpo estaba prácticamente destruido, la situación en la que despertó era alentadora, por lo que no gritó de dolor.
Santa Selene estaba limpiando su cuerpo con una toalla húmeda.
—¿Ahora entiendes lo que se necesita para convertirse en un Santo o Santa con la lanza? —Lo primero que Selene dijo fue abordar lo que Kent estaba pensando.
Ella es una Santa, al igual que su hermana, Santa Neomi, pero ni siquiera podría ganarle en un duelo. De hecho, muchos Santos y Santas perderían contra Neomi.
Ella es un monstruo... al igual que muchos ahora describen a Kent.
—Es fuerte, sin duda. Pero seré capaz de derrotarla en menos de un año —dijo Kent, sabiendo que un año en el exterior son 24 años en la torre. Para entonces, él se habrá convertido en un monstruo.
—Quizás quieras atender tus heridas internas primero —dijo Santa Selene mientras terminaba de limpiarlo. Kent se vistió y eligió salir con su maestro.
