—¿Sabías acerca de la verdadera naturaleza de su traición? —preguntó ella.
—Sí. Lo vi el día que te apuñaló por la espalda. No lo hizo por su propia voluntad —respondió el Tío Drew.
—Ya veo —asintió Saden con un suspiro—. Entonces, ¿esto es algún tipo de prueba que has hecho para mí?
El Tío Drew sonrió. —Aunque esto fue inesperado, considerando que nunca esperé que una familia noble estuviera involucrada en la trata de personas, bueno, no lo descartaría de ellos. Pero a pesar de que esto fue inesperado, puedo decir que esto es una prueba, y la has pasado.
—Si hubieras, por ira, irrumpido y matado a todos, lo cual sé que puedes hacer, habría demostrado que no estás lista para cabalgar en la noche. No te habría enviado de vuelta al infierno por un par de miles de años para reflexionar.
El cuerpo de Saden se estremeció, pero se compuso. Ella ya había estado en el infierno y sabía cuán peligroso y doloroso era... le encantaría no pisar esos terrenos por un tiempo.