—Así que esta es la Ciudad de Vastport, la famosa capital del Reino de Althea —dijo Kent, de pie junto al Tío Drew y contemplando la vasta ciudad con sus imponentes murallas y grandes edificaciones.
—Es hermosa y está bien protegida —añadió.
—Desde luego. Nací y crecí aquí, ya sabes —dijo el Tío Drew, luciendo bastante complacido. Kent sonrió pero no comentó su suficiencia. En cambio, hizo una pregunta más personal.
—¿Todavía tienes familiares aquí?
El Tío Drew sonrió y negó con la cabeza. —Todos están muertos. Provenía de una familia de comerciantes que tuvo un infortunado incidente en nuestro camino hacia el Imperio Elfo. Fue hace unos 40 años, más o menos.
La atención de Kent fue atraída por la mención de una raza diferente. —Lamento oír eso, pero ¿puedo preguntar cómo sucedió?
Quizás al ver las hermosas orejas largas de Nyxira, la Centinela del Alma Asesina de Elsa, quería conocer a los elfos y quizás encontrar para sí mismo una o dos orejas largas.
