—Ha pasado un tiempo, Tío Drew —dijo Kent con una sonrisa alegre.
Tío Drew no respondió al principio. Primero volvió a su forma humana, le dedicó una sonrisa a Kent y finalmente respondió.
—En efecto, joven maestro. Espero que te encuentres bien.
Kent asintió antes de dirigir su atención a las dos figuras detrás de Tío Drew. Solo por su apariencia, podía distinguir que una era mujer y el otro hombre.
—Ellos son las nuevas incorporaciones a las filas de los Jinetes Nocturnos —explicó Tío Drew—. Es mi trabajo como el capitán de los Jinetes Nocturnos encontrar a aquellos que puedo liderar en la noche.
Kent asintió comprendiendo. —Ya veo. Pero primero debo completar sus transformaciones.
Tío Drew asintió de nuevo, ya que los había traído por esa misma razón.
Kent se acercó a Aria, quien sostuvo su mirada desde debajo de su capucha. No parecía agitada ni confundida. A pesar de conocer a Kent por primera vez, podía sentir que él era alguien con inmensa autoridad sobre ella.