—Pero solo porque el maestro ahora sabe que puede ser una reencarnación del pasado no significa que el maestro pueda decírselo a alguien. Eso no está permitido, al menos, todavía —dijo Akira, haciendo asentir a Kent.
Sabía que algunas cosas estaban destinadas a mantenerse ocultas.
—Gaia, usa 500,000 puntos de la Torre para construir un lugar donde puedas pasar tiempo con Li Hua. Por cierto, ¿ustedes comen, o son robots? —preguntó Kent.
Akira y Gaia sonrieron ante su pregunta infantil.
—Somos seres cósmicos, maestro, no robots. Y sí, yo como. No sé de Gaia, sin embargo. Ella usa energía universal como su comida, así que podría ser uno de esos bichos raros —dijo Akira, saltando detrás de Kent cuando sintió la mirada de Gaia sobre ella.
—Tsk. Yo como, maestro. De hecho, he estado queriendo probar algunos pasteles de plátano, pero como no se suponía que me revelara hasta que esta perra apareciera, no tuve la oportunidad —respondió Gaia.
