—Kent, ¿eres tú? —preguntó la gerente Alina, quien tomaba té en su oficina, mientras miraba detenidamente su ficha de comunicación.
Kent acababa de contactarla y, por un momento, no esperaba recibir una respuesta tan pronto. Parecía que lo había subestimado.
—Sí, soy yo. ¿Cómo estás? —preguntó Kent.
—Estoy bien —respondió Alina, con las mejillas sonrojándose ya. No podía hablar de lo que había estado pasando durante los últimos días.
—Leí tu carta y prometo venir a verte mañana. Todo lo que tienes que hacer es ir a la Habitación VIP 14, como siempre, y esperarme allí —las palabras de Kent la hicieron sonreír alegremente.
—Haré eso —dijo Alina radiante antes de terminar la llamada.
Al segundo siguiente, entró en su despacho interior y empezó a hacer preparativos. Planeaba prepararse a fondo ya que quería tenerlo todo el día para ella.
