Después de dejar la Torre del Harén, Kent se dirigió a la Torre de Siervos. Sin embargo, a diferencia de las otras torres, esta no tenía nada único. Era solo un espacio simple donde podría haber construido una ciudad para sus sirvientes si quisiera.
No tenía los fondos para construir una ciudad todavía, por lo que se fue unos minutos después y visitó la Torre de la Legión. Pero, al igual que la Torre de Siervos, ese lugar también requería que construyera una ciudad o cuarteles para su legión.
Al irse de allí, se dirigió a la Torre del Alma.
—Este lugar realmente está hecho para la cultivación del alma. Solo respirar parece afectar mi cultivación —dijo Kent, tomando una larga y profunda respiración que llenó su estado de ánimo de alegría.
