—Aaahhh...Kent...voy...voy a llegar —la dulce voz divina de Vexthra llenó la habitación mientras su represa se abría, rociando su jugo divino del amor en la cara, boca y cuerpo de Kent.
Él comenzó a tragar ávidamente mientras saboreaba el gusto que había extrañado por un tiempo. Lilian y Unity son dulces pero no se pueden comparar con una diosa.
Su jugo del amor es divino, y el sabor contiene néctar divino. Kent tragó todo y luego procedió a lamer su cueva interna hasta dejarla seca antes de retroceder.
—Extraño este sabor —dijo Kent, mirando a Vexthra con amor.
—No me hagas esperar, Amor. ¿Metes tu dragón en mí? —dijo Vexthra con una mirada impaciente.
—Con placer —Kent separó sus piernas y las envolvió alrededor de su cintura. Luego posicionó su miembro en los labios inferiores de ella y empezó a frotarlo por su húmeda entrada rosa.