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¿Me he despertado en mi novela favorita?

Sebastian_Castillo_6025
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Synopsis
Sin saber como o porqué, me he convertido en el villano de pacotilla de mi novela preferida. (Fanfiction de Red Rising)
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Chapter 1 - Capitulo 1

Admiro el paisaje desde la torre de Deimos, y consigo vislumbrar el pequeño castillo de Ceres a la distancia. Sé que la fortaleza de Diana se esconde entre los bosques, y más allá, la casa de Minerva. Hacia el norte, cruzando el río, se alza el imponente castillo de Júpiter. Todos ellos tienen recursos que nosotros no. La casa de Marte es famosa por su precariedad. 

Han pasado tres días desde que desperté, convertido en un Dorado. Había fantaseado durante semanas, leyendo el libro, mi favorito de cuantos tenía en posesión, pero ahora que estoy aquí, sólo quiero volver. 

No tenemos comida, ni fuego. Tampoco hay mucho que quemar, a menos que abandonemos la fortaleza para conseguir leña en los bosques. El agua no es potable, y nos causa retortijones. Solamente nuestras mejoras, químicas y genéticas, nos mantienen en pie. 

Escucho un ruido a mi espalda, y al voltear, me encuentro con la mirada de la silenciosa Casandra, delicada y hermosa, pero feroz. Es una de los miembros de mi equipo. Los demás están con Antonia, o con Darrow. Ellos son "nuestros" enemigos. Los míos me consideran su líder, pero ni el Tito original, ni yo, tenemos idea de como guiarlos. Pero yo ya he tenido tiempo de pensarlo. Aunque me gustaría seguir la historia original, la de la novela, no puedo: Soy Tito, el imbécil destinado a morir dentro de unos capítulos. Así que tengo que ganar, o como mínimo, sobrevivir. 

Le hago un asentimiento a Casandra, que parece ver la resolución en mis ojos. Me corresponde el gesto, como si supiera todo lo que ocurre con mi turbulenta mente. 

Bajo las escaleras y tomo el camino que me llevará a los bosques. Aunque estoy en desventaja, cuento con el conocimiento necesario para tomar un camino distinto. No se cuanto afectará la historia al final, pero supongo que es mejor a la opción de simplemente continuar todo, y morir. 

La Casa de Marte no está compuesta por un castillo, como las demás. Solamente son dos torres, completamente expuestas, separadas por un par de kilómetros. Cada casa representa una deidad, y se rige por las normas acordes a ella. Nuestras torres no tienen protección, ni almacenes, ni siquiera pozos de agua. Todo ello para forzarnos a atacar a otros castillos, pues Marte representa la guerra.

Apenas entro al bosque, escucho un ligero chasquido a mi espalda. Sigo caminando. Soy consciente de que significa ese ruido, pero necesito mejorar mis probabilidades. 

- Barca.- Digo después de caminar un rato. El pequeño Trasgo se considera así mismo una especie de asesino, sigiloso y letal.- Necesito hablar con Darrow. ¿Puedes traerlo?

Me giro para encontrarme con su mirada, arriba, encaramado a un árbol. 

- ¿Y por qué haría eso, puñetero Trol de las Montañas? No has sido especialmente cooperativo hasta ahora. 

Necesito de su apoyo, así que mantengo mi irritación para mí. 

- Porque estaba esperando a que un pajarito me contara cosas, Sevro. Como tu relación con tu padre, Fitchner, y tu actuación en el Paso. Mataste a Priamo como matarias a un lindo cachorrito, - Uso exactamente las mismas palabras que el usó en la novela. Intento crear un vínculo con él, que entienda que buscamos lo mismo.- ¿Verdad? Por eso no estás obteniendo meritos para ser Primus, como Darrow. Pretendes mantenerte lejos, para que se olviden de que fuiste uno de los seleccionados para morir, y en cambio, mataste a quien fue seleccionado para vivir. 

Se me queda mirando. No debería haberle revelado tanta información. Sí se asusta, podría intentar matarme, pero necesito despertar su curiosidad. 

Sevro me mira de arriba a abajo, tomando su decisión. Y luego, desaparece entre la maleza. Creo que ha decidido no matarme. 

Sigo entre los bosques, cuando veo pasar a Vixus, uno de mis tenientes, arrastrando a una chica de la casa de Ceres. Ha conseguido nuestro primer esclavo. Sé que Darrow, desde la torre de Fobos, también lo ha visto. Y sé lo que le ocurrirá a esa chica. En la historia original, la tribu de Tito se hace conocida por su crueldad, lo cual es el primer paso hacia su caída. Además, Vixus es un fuego descontrolado. Necesito arreglar las cosas con Darrow si quiero tener una oportunidad de sobrevivir. 

Regreso a la torre, donde Vixus le enseña modales a la chica de Ceres. Le está cortando una oreja, para amansarla. Pero ella se resiste. 

- Vixus. - Le llamo. Voltea, sonriendo como un perro rabioso. Es delgado y fibroso, con tan poca grasa corporal, que sus músculos resaltan de una forma inquietante.- Está noche me reúniré con Darrow. Vas a acompañarme. 

Levanta una ceja con sorpresa, pero se relame los labios. 

- ¿Me lo estás ordenando? - Su tono es peligroso. Le he ofendido. Se me olvidó que los Dorados tienen un exagerado sentido del honor. Así que debo actuar. Miro a nuestro alrededor, y cuando me he cerciorado de que no hay nadie, le sonrío a Vixus.

-No, es un hecho. 

Mi gigantesca mano le golpea el cuello, y la baja gravedad de Marte lo hace girar y estrellarse contra el suelo. La sorpresa de mi ataque lo ha dejado incapaz de reaccionar, y aplasto su cara con mi pie. El consigue apuñalarme con el mismo cuchillo que usó para cortarle la oreja a la chica. Lo clava en mi pantorrilla, pero soy inmensamente más grande que el. Sólo tengo que pisar con más fuerza, y mi pie se hunde entre los huesos de su rostro. 

Un medibot entra flotando a la sala, pero lo golpeo en cuanto se acerca al cuerpo machacado de Vixus. 

Aún con los huesos destrozados y hundidos, sigue respirando. Pongo mi mano en lo que alguna vez fue su mandíbula, y la otra mano en su nuca, y empiezo a girar. Aún se resiste, pero ya no tiene la suficiente fuerza para ser un problema. Después de un segundo, un escalofriante chasquido provoca que al fin, deje de oponer resistencia. 

Un segundo medibot aparece, pero tambien lo destruyo. 

Miro a la chica, que se ha olvidado del dolor y de la sangre que corre por su rostro, y le hago un gesto para que se vaya. No es por pura bondad, aunque me provoca cierta lástima lo que ha sufrido; sino para que pueda cobrar el favor más adelante, en caso de que lo necesite. Me saco el cuchillo de la pierna, y después tengo que destruir uno de esos medibots para acceder a los analgesicos que guarda en su interior. Tomo tambien los del otro, pero los guardo para emergencias. Consigo vendarme la herida con un trozo de tela sucio que he tenido que arrancar de mi ropa. 

Tomo el cádaver de Vixus, y lo llevo hasta el bosque, hasta un claro que está a mitad de camino entre las torres de Deimos y Fobos.

Las naúseas me invaden, pero necesito imponerme. Esto sigue siendo un juego para los Dorados, y si quiero sobrevivir, necesito ganarlo. Pasan las horas, y con cada hora me vuelvo más paranoico. Como si en cualquier momento, la policia de los Dorados, junto a sus pretorianos, pudiesen llegar para arrestarme. Pero eso no pasará. Esto es el Instituto, y, independientemente de los problemas que causes, estás aquí para aprender. Mientras sigas aprendiendo, no habrá ningún problema. 

O al menos eso es lo que me repito a mi mismo. 

Darrow llega casi seis horas después de lo ocurrido. Viene con Casio, que es la razón por la que he traído el cádaver. Era obvio que ellos dos no se separarían. Y seguramente en algun lugar entre los arbustos está Sevro Au Barca, el Trasgo, la mano derecha de Darrow. Aunque por el momento, aún no son tan cercanos. 

- Ave, Segador. - Saludo a Darrow intentando mostrar desdén.- Ave, Casio. Traigo una ofrenda de paz.

- ¿El cádaver de tu amigo es una ofrenda de paz?- Pregunta Darrow. Puedo ver que está asustado. No tiene idea de lo que significa. Pero la presencia de Casio aquí me impide poder revelar lo necesario, así que tengo que ser muy sutil. 

- Por supuesto, Segador. -Insisto en llamarlo así, es como lo bautizaron por el falce que lleva en la mano, el que le quitó a los miembros de Ceres en la trampa que nos pusieron el primer día.Además, le hace sentir importante, y muestra un respeto que no siento por él. - Estuve investigando un poco. 

Doy un suspiro antes de continuar, porque no se me da bien mentir bajo presión. 

- Tengo que ser honesto. Provengo de una familia desconocida. Tan insignificante, que podría ser uno de esos rojos de las minas de Lico. - Miro a Darrow al decir esto. Sus ojos se abren mucho, y se que ha entendido que sé quien es. Pero ahora necesito tranquilizarlo.- Pero estoy aquí para aprender. El obtener la Cicatriz de un Marcado, es la única forma de ascender para mí. Y necesito cualquier patrocinio posible.

>Necesito cualquier oportunidad. Sea la que sea. Por eso vengo ante ti, Casio au Belona, y te entrego el cuerpo del asesino de tu hermano. Esperaba traertelo vivo, pero fue... Complicado. 

Casio abre mucho los ojos y mira a Darrow. Sé que fue Darrow quien mató a Julián, pero el necesita ésta mentira tanto como yo. Ambos se quedan callados durante minutos. No se que más decir, pues sus preguntas podrían hacer que me descubran. Darrow me mira con recelo. Se está preguntando si debe matarme por saber que es un rojo.

- ¿Y como puedo saber que dices la verdad, Tito au Ladros? - Pregunta Belona después intercambiar miradas con Darrow. 

- No puedes.- Digo torciendo el gesto.- Por eso tengo más información. Mucha más. Pero esa información estará a mi recaudo hasta que ambos acepten la tregua. 

- Bien,- responde Casio, sin tomar en cuenta a Darrow. - Pero quiero que me digas todo sobre eso.- Señala el cuerpo destrozado de Vixus.

Vuelvo a suspirar, intentando darme un segundo para tejer la mentira, pero se que ellos no caerán en eso. Tengo que improvisar.

- Lo descubrí anoche. No pienso revelar mis fuentes, porque simplemente podrían matarme y utilizarlas. Así que la información es mi moneda de cambio. - Ambos asienten, comprendiendo lo que quiero decir.- Llevo tiempo intentando encontrar aliados que realmente puedan ofrecerme un ascenso. Así que estuve esperando. Puse atención a los miembros de nuestra Casa, y especialmente a los supremos de otras Casas.

- ¿Y cúal era tu plan, Tito?- Me interrumpe Darrow. - ¿Ser esclavo de cualquier otra casa, sin importar traicionar a la tuya?

- No hace mucho, también descubrí que puedes crear a tu propia facción.- Abre los ojos con sorpresa, era información desconocida para él, aunque no estoy completamente seguro de que sea real.- Así que sí. Mi plan era unirme a quienes pudieran darme mejores oportunidades de ascender en la pirámide. Y aunque los hijos del Archigobernador de Marte estén aquí, es el hijo del Imperator Belona quien está en la Casa de Marte, ¿No?

Nadie dice nada después. Se que están considerando la propuesta, y la preocupación me destroza por dentro. No solamente he engañado a Darrow, que es la amenaza inmediata para mí. Si el Emperador Belona se entera que engañe a su hijo favorito, enviarán a su hijo mayor, Karnus au Belona, a asesinarme. Y es por eso que necesito unirme a los Augusto. Es de quienes poseo más información, porqué es la ruta que sigue Darrow en los libros. 

Sin embargo, para mantenerme a salvo de Darrow, necesito canalizar su resentimiento hacia los Augusto.

Me despido, sugiriendo que deberían pensarlo, pero el tiempo nos apremia. Doy la vuelta y regreso, internandome cada vez más en el bosque.

Escucho un zumbido constante detrás de mí. Y una vez más, mi cuerpo comienza a temblar de puro terror. Mi última carta de salvación debe ser jugada ahora.