En casa después de una semana inactivo, solo con el entrenamiento de rutina. Una cerveza, me siento en el mueble a limpiar mi AK-103, fusil de asalto ruso, edición 1, calibre 7,62 mm, de cuarenta. Ligera, 3,5 kg cartucho lleno. Semiautomática, de poco retroceso, capaz atravesar un blindaje de cuatro niveles. Negra, pelo rizo. Larga, 943 mm, culata desplegada. Suave por todas partes, cómo su piel morena. La llamo Berry, por la actriz. 

Enciendo el Xbox One. Call of Duty: Modern Warfare, la parte del pasado donde soy un francotirador. Me imagino al bonitillo, roba novias, cómo el objetivo en la mira. La satisfacción que me da cada vez que le vuelo el brazo.

Tocan la puerta. Voy junto con Berry, veo por la mirilla, "¡Amanda!" Abro la puerta, bajo el arma, dejo pasar a esa que pensé, 'no volverá'. 

"Secuestraron a Demian" dice entre sollozo y me abraza. 

Sonrío, quizás él termine muerto. Al verla llorar desaparece. Como antes, paso la mano sobre su espalda. Ella llora por otro. Me hago el fuerte, el hombre superado.

Llamada de la estación, me notifican del secuestro, activan mi unidad. Arranco con ella para la estación.

Dentro de mi BMW X3 azul. Ella mira atrás a Berry. "Veo que sigues con Berry. ¿No la planeas cambiar?"

"No"

"¿Por qué?"

Aprieto el volante.

Silencio. Minutos pasan. Ella suspira y me cuenta lo que ocurrió.

Un socio, hizo un complot para quitarle su parte de la compañía. El Demian, el Inteligentísimo ─ ella lo describe─, se dio cuenta del movimiento de su compañero, contraatacando.

Lo que no sabía el Inteligentísimo, es que su hermano, la Hiena estaba apoyando al socio, el Perro. Al que Demian saboteó sus planes, intentaron secuestrar a Amanda. Pero, Demian, el inteligentísimo buen hombre, roba hembras, se interpuso.

La sacó del carro, durante la persecución, cuando los secuestradores los perdieron de vista. Se escondió en una tienda, para luego buscar ayuda. Esa ayuda soy yo, Alvaro Mañón, teniente SWAT. Ella me solía llamar, 'La Roca Mañón,' por mi parecido con La Roca original. 

Pongo en altavoz a Carlos, para que Amanda, le dé todo los detalles. 

En el parqueo, antes de salir, la detengo. "¿Por qué él?" 

Ella baja la cabeza, aprieta los puños, mira hacia fuera, para luego voltear a Berry. "Para él soy más que un arma" Sale rápidamente. 

¿Un arma? ¡¿UN ARMA?! Golpeo el volante.

Desde cuando a un arma, se le lleva flores, se le compra regalos, se le dice 'te amo.' Se presenta a la familia, se le felicita o se le consuela.

La cabeza sobre el guía, tomo un respiro.

En la estación, esperan por instrucciones. Me equipo, con Berry en mano. Un plan, no muy distinto al acostumbrado en estos casos. Y más en este, en el que el secuestrador está desesperado.

Demian es popular, de familia adinerada. El resultado de este acto para los dos secuestradores termina en dos: Muerto por la familia o en la cárcel. 

Le digo a Amanda que se quede dentro de la estación.

"Éxito en tu misión, Roca Mañón," expresa con una sonrisa, como lo solía hacer cada vez que salía a una misión. 

Devuelvo la sonrisa, "¡Gracias mi capitán!" Solo Berry sabe, al apretarla. Carlos, me mira con desdén, me corta los ojos y se va con el grupo. Dentro del camión, el equipo estuvo callado. 

Paramos en un punto ciego. Bloqueamos los parqueos del Hotel Intercontinental. Carlos llama al hotel para notificar la operación. 

El grupo A, van al edificio del frente. Uno con un arma francotiradora, y el otro, con un equipo táctico, que permite escuchar y ver objetivos a larga distancia y entre paredes. 

El escuadrón Delta junto con el grupo B y Carlos van al lobby. Desactivan a dos, sin bajas. Ayudan a los empleados a evacuar. Carlos sube con el grupo B, por la escalera principal.

Me fui alejando al ver su negocio, su éxito. Mis celos la alejaron … 

Yo, con el escuadrón Alfa, subo por la escalera de emergencia, peinando cada piso. El grupo A, me conecta al dispositivo táctico.

La Hiena, está exigiendo la herencia que le corresponde. Demian, adquirió la herencia completa. 

El Perro, se confabula con la Hiena, Inteligentísimo no ha querido ser parte de sus juegos. Su empresa textilera de renombre, asociada con la mayoría de marcas de haute couture. Demian amenazó con exponerlo. 

¡Vainas de ricos!

 Mis celos la alejaron … 

El grupo B ya han limpiado parte de las plantas bajas. Llegaron al piso once. 

Nos dan la señal.

"Grupo A, atentos cuando estemos frente a la puerta. Resuelve al Perro, inmediatamente entremos," les ordeno. 

Me fui alejando al ver su negocio, su éxito.

"¡Copiado!"

Los dos grupos estamos juntos frente las escaleras de emergencia. Señalo a grupo B que vayan por el ascensor.

En la entrada del doce, nos instalamos para la última jugada del grupo B.

Con pistolas silenciadas, al abrir las puertas disparan a los secuaces; Uno, a los dos frente la puerta y el otro a dos que están a los lados.

Me fui alejando al ver su negocio, su éxito. Mis celos la alejaron … 

Al ver entre la abertura, entramos al pasillo con discreción, para no despertar a los muertos. 

Ya frente a la puerta, el grupo A me informa que está listo.

El escuadrón Alfa, con su ariete, entran con granadas de humo. Cinco guardaespaldas muertos, y una hiena meandose en el suelo, al lado del Perro baleado en la pierna.

Arrestan al meador y al Perro. 

Antes de soltarlo, me imagino que le presento a Berry, mi incondicional y me imagino qué pongo el cañón entre las cejas castañas. Me imagino un "¿Sabes cuantas veces soñé con esto?"

Me imagino que los ojos claros, se abren cómo dos pesetas, pero no dura mucho. "La descuidaste. Por eso, ella te dejó y vino a mí," imagino que dice con una sonrisa presumida. 

Me imagino que lo observo, con la rabia volviendo, mi cara se retuerce y la mano armada comienzan a temblar.

En el hospital.

 Amanda llega con los ojos rojos. Se posa frente a su amado, agarrándose la mano y acariciando su cara. Me retiré. Le tiró una mirada de advertencia. Rió.

Ella me alcanza antes de salir. Me abraza, "te quería decir que nunca te traicioné". 

"Lo sé," contesto. De regreso, él me comentó, que ella resistió la tentación por respeto a todo el tiempo que pasamos juntos.

"Ella nunca te pidió perdón." Dice Carlos, en la puerta.

"¿Y para qué?" Respondo. Salgo con mi Berry en mano. Semiautomática, de poco retroceso.

 -Fin-