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Chapter 3 - Capitulo 3: El Primer Día de Entrenamiento

**Capítulo 3: El Primer Día de Entrenamiento**

Sarani despertó con el primer resplandor del amanecer, el aire fresco del bosque llenando sus pulmones. Se incorporó lentamente, frotándose los ojos, y notó a Darius sentado a unos metros de distancia, en una posición de meditación. Su espada, **Lumina**, flotaba en el aire a su alrededor, girando lentamente y brillando con un resplandor azulado. Era una escena hipnótica, como si la espada tuviera vida propia, danzando en armonía con la respiración de Darius.

Sarani se quedó mirando, algo sorprendida pero sin mostrar ninguna emoción en su rostro. Se acercó con cautela, con el cuidado de no interrumpir lo que parecía un momento sagrado. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, Darius habló sin abrir los ojos.

—Tu entrenamiento comienza ahora —dijo, su voz serena pero firme.

La espada dejó de girar y volvió a su vaina con un suave chasquido. Darius abrió los ojos y se puso de pie, mirando a Sarani con esa mirada severa que ya le resultaba familiar.

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### **Cambio de Escena: El Inicio del Entrenamiento**

El sol ya estaba más alto en el cielo, iluminando el claro del bosque donde Darius y Sarani se encontraban. Darius estaba de pie frente a ella, con los brazos cruzados y una expresión seria. Sarani lo miraba con esa mirada indiferente que había adoptado desde la destrucción de su aldea, pero en el fondo, había una chispa de curiosidad.

—¿Qué clase de entrenamiento será? —preguntó Sarani, su voz fría pero con un tono de interés.

Darius no respondió de inmediato. En lugar de eso, caminó hacia ella, midiéndola con la mirada, como si estuviera evaluando cada detalle de su postura y su actitud.

—Antes de empezar —dijo finalmente—, necesitas conocer tu estado actual. Como aprendiz de espadachín, todas tus habilidades físicas aumentan por defecto. Tu fuerza, tu velocidad, tu resistencia... todo se potencia. Y mientras más entrenas, esas habilidades aumentan mucho más rápido que en una persona normal.

Sarani lo miró, sin decir nada, pero asintió levemente. Darius continuó:

—Pero no se trata solo de ser más fuerte o más rápida. Un espadachín debe ser equilibrado, debe saber controlar su cuerpo y su mente. Hoy vamos a evaluar tus habilidades básicas. Luego, trabajaremos en tus debilidades.

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### **El Primer Ejercicio: Evaluación de Habilidades**

Darius señaló un tronco caído a unos metros de distancia.

—Corre hacia ese tronco y tócalo. Luego, regresa aquí lo más rápido que puedas —ordenó.

Sarani no hizo preguntas. Se colocó en posición y, con un movimiento rápido, corrió hacia el tronco. Sus pasos eran ágiles y precisos, pero Darius notó que su respiración se agitaba demasiado pronto. Cuando regresó, Darius la detuvo con una mano.

—No es suficiente —dijo—. Un espadachín debe ser capaz de mantener su ritmo sin fatigarse. La velocidad es inútil si no puedes sostenerla.

Sarani frunció el ceño, pero no protestó. Sabía que Darius tenía razón.

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### **El Segundo Ejercicio: Fuerza y Control**

Darius le entregó una espada de madera, similar a la que él usaba para entrenar.

—Muéstrame tu fuerza —dijo—. Golpea ese árbol con toda tu fuerza, pero mantén el control.

Sarani tomó la espada y se acercó al árbol. Con un movimiento rápido, golpeó el tronco con fuerza, haciendo que la madera crujiera. Sin embargo, el impacto hizo que su espada rebotara, casi escapándose de sus manos.

Darius se acercó y ajustó su postura.

—No se trata solo de golpear fuerte —explicó—. Debes controlar el arma, sentir su peso y su equilibrio. Si pierdes el control, pierdes la batalla.

Sarani asintió, esta vez con más determinación. Volvió a golpear el árbol, esta vez con más precisión y control.

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### **El Tercer Ejercicio: Resistencia Mental**

Después de varias horas de entrenamiento físico, Darius llevó a Sarani a un claro más tranquilo.

—Siéntate —dijo—. Cierra los ojos y concéntrate en tu respiración.

Sarani lo miró con escepticismo, pero obedeció. Se sentó en el suelo y cerró los ojos, intentando seguir las instrucciones de Darius.

—Un espadachín no solo lucha con su cuerpo —dijo Darius, su voz calmada pero firme—. También lucha con su mente. Si no puedes controlar tus pensamientos, no podrás controlar tu espada.

Sarani intentó concentrarse, pero las imágenes de su aldea en llamas y los gritos de su gente comenzaron a invadir su mente. Su respiración se agitó, y abrió los ojos, frustrada.

—No puedo —dijo, su voz temblando ligeramente.

Darius la miró con comprensión, pero sin compasión.

—El dolor no desaparece —dijo—. Pero puedes aprender a vivir con él. Vuelve a intentarlo.

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### **El Final del Primer Día**

El sol comenzaba a ponerse cuando Darius decidió que era suficiente por el día. Sarani estaba exhausta, pero había mostrado progreso. Darius la miró con una expresión que, por primera vez, parecía casi orgullosa.

—Hoy has dado el primer paso —dijo—. Pero esto es solo el comienzo. Mañana será más difícil.

Sarani asintió, sin decir nada, pero en su interior sentía una chispa de algo que no había sentido en mucho tiempo: esperanza.

**Fin del Capítulo 3**