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Chapter 4 - Capítulo 4: Hora de la Verdad

Con el suero en mano, una gota de sudor fría recorrio la frente de Laura, estaba por iniciar el proceso que podría salvar al mundo o terminar de destruirlo. Con gran nerviosismo e incertidumbre, agarro el brazo del paciente y virtio el suero. No había vuelta atrás, no se podía cambiar lo que vendría a partir de ahora.

El paciente comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, eran las descargas eléctricas en su cerebro, con ellas se espera cambiar el comportamiento humano, además, comenzó a sentir ardor en todo el cuerpo, eran los nuevos anticuerpos, fusionandose con los anteriores para reforzar su sistema inmunológico buscando que las personas no sufran por las nuevas enfermedades. El dolor y el ardor eran grandes, el paciente se retorcia de dolor en su silla. Su familia estaba muy impactada por lo que estaba viendo, mientras que Laura estaba asustada por lo que pudiera ocurrir. Luego de un minuto, el dolor y el ardor habían cesado, el paciente se sento en su silla con la mirada hacia el techo.

Laura: Emm…¿Cómo te sientes?.

Paciente: Me…siento…¿bien?. ¡Me siento bien!. No me lo puedo creer, en serio estoy curado. ¡Mi enfermedad se fue!.

Laura: ¡¿En serio?!, ¡¿Lo dices en serio?!.

Paciente: ¡Si!, estoy curado.

El paciente salta de su silla y le da un fuerte abrazo a su familia. Por fin su sufrimiento había acabado. Laura estaba petrificada, parada sin siquiera pestañar. El paciente se acerco a ella y le extendió su mano.

Paciente: Muchísimas gracias Doc.

Laura seguía petrificada.

Paciente: Emm, ¿Doc?.

La Doctora volvió en si.

Laura: Ehh, si. No hay nada que agradecer. Dime, ¿Cómo te sientes?, notas algún cambio en vos, en tu cuerpo, en tu personalidad. ¡Decime todo!.

Paciente: Ehh…, me siento bien. Siento a mi cuerpo limpio, completamente libre de enfermedades, jaja.

Laura: Nada de chistes, decime si sentis un cambio.

Paciente: Tranquila Doc, no era para que se enoje. Me siento muy bien, estoy como nuevo. Pero no siento cambios en mi cuerpo, solo me siento curado.

Laura: Suspira. Bueno, escucha, hagamos una cosa, pásame tu numero de celular, así podes avisarme en caso de que sientas algún cambio en cuerpo.

Paciente: Esta bien, ante cualquier cosa le avisare rápido.

Luego de intercambiar números, la Doctora acompaño a la familia afuera de su laboratorio. Antes de irse, el paciente se voltea y la ve.

Paciente: Una pregunta Doc, ¿Cómo se llama?.

Laura: Con una sonrisa. Laura, me llamo Laura Velikova. ¿Y vos como te llamas? No te puedo decir paciente para siempre, jaja.

Paciente: JAJAJA. Tiene razón. Me llamo Alex. Alex Marianel.

Laura: Es bueno saberlo. Nos vemos Alex.

Alex: Nos vemos Doctora Laura.

Alex Marianel se subió al auto y se fue con su familia rumbo a su hogar. Cuando el auto se alejo, Laura volvió a su laboratorio. Al entrar va a su escritorio y toma su portafolios, dentro de el saca el cuadernillo con el nombre de sus compañeros caídos en la guerra.

Laura: Parece que al fin lo logramos chicos.

No podía dejar de sonreír, la alegría y la satisfacción la invadían. El trabajo de su vida parecía haber funcionado. El mundo y la humanidad podrían salvarse. En medio de su alegría, se acordó de Sebastian. Cuando se reencontraron en el inicio del proyecto, habían intercambiado sus números de celular. Tomo su teléfono y lo llamo.

Sebastian: Hola Laura, ¿Cómo estas?.

Laura: No puedo estar mejor. Estoy super, super feliz. Seba, por fin lo consegui.

Sebastian: ¿Conseguiste que?

Laura: Uno de mis pacientes tenia Cancer, y no podía soportar la idea que pudiendo hacer algo el se muriera. Así que lo hice.

Sebastian: Confundido. ¿Qué hiciste?.

Laura: Probe la ultima versión que habíamos hecho del suero. Esa nunca la habíamos probado en los simuladores. Así que decidí probarla para intentar salvarle la vida. Y funciono, ¡el suero lo curo!.

Sebastian: Sorprendido y enojado. Laura, ¡¿vos estas loca?!, el proyecto fue cerrado, ¡¿como le vas a inyectar un suero no autorizado a un paciente?!.

Laura: Sebastian escúchame, el suero funciono, el chico esta curado.

Sebastian: ¡Es ilegal lo que hiciste!. Te haces una idea del problema que vas a tener con el gobierno cuando se entere. Probaste un suero experimental sin autorizar de forma clandestina. ¿Y si le pasaba algo malo al chico? ¿Y si moria culpa del suero?. ¿Vos te pones a pensar lo que haces?.

Laura: Pero funciono, no te pongas a pensar en que hubiera pasado si no servia, porque si sirvió. El suero funciona Seba. Pensé que estarías feliz de saberlo.

Sebastian: ¿Y por que estaría feliz? ¿Por qué estas haciendo experimentos de forma ilegal?.

Laura: Porque vos sabes el porque hago esto. Vos también estuviste ahí.

Sebastian: Suspira. Laura, yo te apoyaba con toda mi alma. Quería que tu proyecto fuera exitoso así podias arreglar los problemas del mundo. Pero no esta bien lo que hiciste, fue peligroso e irresponsable.

Laura: Pero tenia que intentarlo. Puede salvar a el mundo y a la humanidad este suero. ¿O acaso esperabas que me sentara a ver como todo se sigue destruyendo?.

Sebastian: Tengo que trabajar Laura, después hablamos.

Gaiden corta la llamada, Laura se sentía decepcionada, el hombre que sufrió lo mismo que ella y que incluso consideraba un amigo, en lugar de estar feliz por su logro, estaba enfurecido por los métodos empleados. ¿Esta bien realizar acciones riesgosas si hay posibilidad de que salgan bien? ¿o hay limites que no deben cruzarse?. Laura se sento en su escritorio, su mirada se dirigió al techo. A pesar de la mala llamada, su rostro seguía teniendo una gran sonrisa. Su felicidad de saber que por fin podría poner fin a los males del mundo era inborrable. Por su parte, Sebastian se sentía dolido, sabia que el realizar un experimento de forma clandestina es ilegal, y como funcionario del gobierno debía avisar de lo sucedido al presidente. Pero, Laura era su excompañera de guerra, vivió los mismos horrores que el. El la admiraba, la veía como un rayo de esperanza para el mundo con su visión de un nuevo mundo, uno donde todas las maldades existentes ya no estén, y las personas preserven mejor el planeta. Pero sabia que no estaba bien lo que ella hizo al poner en riesgo a un paciente con un suero no autorizado y que en caso de fallar podría ser fatal. Ahora tenia in gran dilema en su mente, ¿debia avisar al presidente lo sucedido? ¿o debería hacer la vista gorda para dejar que Laura siga con su trabajo?.

Casa Rosada.

Sebastian camina por los pasillos en dirección a la oficina presidencial. Al llegar abre la puerta.

Presidente Echeverria: ¿Gaiden? ¿Qué pasa?. Que sea rápido porque estoy muy ocupado.

Sebastian: dubitativo y suspirando. Señor presidente…ehhh, yo…

Presidente Echeverria: Vamos Gaiden, si me tiene que decir algo dígalo enseguida o salga de mi oficina que tengo trabajo que hacer.

Sebastian dudaba, pero el decidió ser funcionario porque luego de perder la Guerra de Malvinas quería servir fielmente a su país, y el debía informar ante cualquier noticia nueva. Aquí, su sentido del deber con Argentina lo hizo desequilibrar la balanza a favor de una decisión.

Sebastian: Señor presidente, tenemos que hablar. Es urgente

El presidente levanto su cabeza y lo miro fijamente.

En un barrio normal de la ciudad de Buenos Aires.

Alex se encontraba dentro de habitación, estaba muy feliz al ver que el cancer de su cuerpo se había ido. Ahora, veía a la Doctora como su salvadora, por lo que comenzó a investigar en internet todo sobre ella. Sentía una gran admiración. Luego de pasar horas en paginas y foros de internet que hablaban sobre Laura Velikova, decide salir un rato afuera para tomar aire. Al salir, mira hacia su costado. Había unas pequeñas flores a las afueras de su casa. A el jamás le habían interesado las plantas, pero al verlas, quizo cuidarlas para que florezcan de la mejor manera posible.

Alex: A esas flores les hacen falta agua.