Download Chereads APP
Chereads App StoreGoogle Play
Chereads

N.O.V.A.: Réquiem del Génesis

Gogobot
7
chs / week
The average realized release rate over the past 30 days is 7 chs / week.
--
NOT RATINGS
56
Views
Synopsis
Año 2081: tras la extinción de la raza humana en el planeta Tierra, la humanidad habita en el mundo digital conocido como "Amanda". Tras la repetición de los problemas sociales que provocaron la última Guerra Mundial en la Tierra, la Dra. Emily Langley crea la inteligencia artificial conocida como N.O.V.A. con el objetivo de salvar a la humanidad, pero ¿será capaz de hacerlo?
VIEW MORE

Chapter 1 - Prólogo

Año 2035, número que perdurará en la conciencia humana mientras su existencia continúe. Fue en aquel año en el que la seguridad de las potencias mundiales, principalmente los Estados Unidos de América, como se le llamaba en aquel entonces a dicha nación, vieron caer sus fuertes y sus monumentos, todos ellos erigidos a favor de su ego y poder. La economía mundial se derrumbó ante los cataclismos que azotaron a la humanidad cinco años antes: guerras, pestes, hambruna, en fin, los cuatro jinetes del apocalipsis.

Tras el declive de la sociedad occidental, diversos países intentaron salvar lo que quedaba del viejo sistema socioeconómico, pero sus esfuerzos fueron en vano. La convulsión de aquella lejana época derivó en interminables y crueles guerras, persecuciones a disidentes de los nuevos sistemas emergentes y un caos sin igual, los cuales fueron de conocimiento público gracias a la globalización, o al menos al remanente de esta. Algunos supusieron que finalmente llegaría el juicio divino y que los mesías prometidos, al menos en aquellas religiones, arribarían en gloria para someter el caos e imponer el orden celestial, sin embargo, dichos salvadores nunca se presentaron ante la debilitada humanidad.

Para el 2071, un falso mesías, un falso profeta, una falsa esperanza, se levantaron victoriosos sobre la tormenta. No era un solo hombre como se profetizaba, sino, un grupo de magnates, quienes habían acumulado enormes riquezas gracias a la carrera armamentista en que los improvisados autogobiernos se habían afanado. Este grupo de individuos visionarios erigieron una nueva política, una nueva economía y, una nueva sociedad, cuyas bases descansaban en una especie de tecnocracia corporativa, dónde las necesidades de los más desfavorecidos eran satisfechas y los ricos se volvían más ricos sin diezmar el ingreso de los pobres, gracias a una educación consumista y frívola, en la que los individuos dejaron de empatizar los unos con los otros, sin generar aquel violento comportamiento animal al cual la supervivencia se sujeta.

El respiro fue muy breve, solo tres años y medio. Después de ello, los grandes oligopolios que se habían formado en este nuevo sistema entraron en guerra entre sí. Gobiernos sin rey y vasallos unidos a favor de mantener sus riquezas, por más exiguas que estas fueran. Los magnates vieron otra oportunidad de enriquecerse tras bambalinas, más este fue su más trágico error.

La guerra comenzó y, en esta ocasión, no hubo ningún órgano regulador o ley que pudiera hacer frente a la codicia humana. Pronto, las bombas comenzaron a caer y los territorios ocupados por dichos consorcios se transformaron en áridos desiertos sin vida. Lógicamente, esto ocasionó que el agujero de la capa de ozono se debilitara a niveles nunca vistos, sobrecalentando la tierra y permitiendo que el fuego devorara la escasa vida que quedaba. Las bombas siguieron cayendo, haciendo que la vida sobre el planeta fuera imposible de sostener. Para el año 2075, la vida en el planeta tierra se había extinto.

Quince años antes, en el año 2060, justo cuando la tasa de natalidad disminuyó a niveles mínimos, comenzaron los trabajos del Dr. Langley, alemán de nacimiento y fiel testigo de los eventos acaecidos en el declive de la sociedad capitalista. Mediante un delicado estudio de las sociedades determinó que en muy poco tiempo la vida en la tierra no sería sostenible. El suponer enviar seres humanos al espacio era una idea ridícula, aún más considerando las desventajas que podría haber en ello, la falta de capital y conocimientos – promovida por el desorden imperante de la época – eran las mayores de todas. En sus cavilaciones, cuentan los rumores que, en una cafetería, estableció el problema y halló una solución impensable, desarrollando los algoritmos necesarios que cimentarían las bases de la maquinaria que sería capaz, no solo de salvar a la raza humana, sino, su conciencia y cultura, en esencia, sus almas. El proyecto, no con mucha imaginación, se denominó "Digitalización humana".

El costo, en comparación con enviar las células humanas al espacio, fue mucho menor. Diversos empresarios invirtieron en este proyecto con la condición de tener el derecho de salvar sus propias vidas. Fue necesaria la contratación de militares y mercenarios para garantizar la seguridad del proyecto, a la par que las mentes más brillantes de aquella época se consagraron en cuerpo y alma para hacerlo realidad. Para el año 2069, el Dr. Langley falleció sin poder resolver la fórmula que sería capaz de recrear la conciencia humana en un servidor digital. Su hija, la Dra. Emily Langley, una joven rubia de ojos verdes y cansados, fue quién resolvió aquellas incógnitas dos años más tarde. A esa solución se le llamó "el número L". A partir de entonces, se iniciaron los trabajos a marchas forzadas a fin de concluir la infraestructura que sería capaz de albergar la conciencia humana por más de diez mil años, tiempo en el que se estimaba, sería posible la recuperación de la capacidad del planeta para sustentar la vida. Al mundo digital que haría posible esta proeza se llamó como "Amanda" en honor a la esposa fallecida del Dr.

Poco antes de que las últimas bombas cayeran, los inversionistas, los científicos y algunos militares fueron digitalizados y llevados a Amanda. Los pocos niños y jóvenes existentes, los magnates y una gran parte de la población de la tierra, mayormente los pobres, fueron excluidos de esta salvación. Los años transcurrieron y esta sociedad carente de un cuerpo prevaleció en las profundidades de la tierra, esperando el día en que emergerían de nuevo a la superficie.