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Chapter 3 - Capítulo 3: Primeras Impresiones y Primeros Problemas

Capítulo 3: Primeras Impresiones y Primeros Problemas

El Equipo 7 había sido formado, pero eso no significaba que estuvieran listos para trabajar juntos. Ni siquiera estaban seguros de que querían hacerlo.

Tras la ceremonia de selección, los siete fueron guiados a su dormitorio común, un edificio de piedra oscura con ventanas altas y una enorme puerta de hierro. A diferencia de otros equipos que tenían habitaciones individuales o compartidas por dos, a ellos les habían asignado una gran sala común con camas separadas por biombos y un amplio espacio central.

—Supongo que quieren que nos llevemos bien a la fuerza— murmuró Naga, cruzando los brazos mientras inspeccionaba el lugar.

—¡Mejor! Así puedo vigilar si alguien intenta robar mi comida— bromeó Rex, dejando caer su mochila al suelo.

Vlad chasqueó la lengua.

—Dormir en el mismo espacio que otros seis monstruos… qué poco refinado.

Luna se dejó caer flotando sobre una de las camas y suspiró.

—Yo con que haya una almohada me conformo.

Grimm dejó su bolso con cuidado al lado de una de las camas más alejadas y miró al grupo con su expresión habitual de seriedad.

—Lo importante no es la comodidad. Es saber si podemos confiar en que nadie intente matarnos mientras dormimos.

Selene sonrió y pasó un brazo por el hombro de Morgana.

—Oh, Grimm, cariño, qué dramático. ¿No crees que si alguien aquí fuera a matarnos, ya lo habrían intentado?

Morgana apartó a Selene con un leve empujón y miró alrededor con desdén.

—Lo único que me molesta es compartir espacio con alguien que ronque.

Rex soltó una carcajada.

—No se preocupen, chicos, yo duermo profundo. Nada me despierta.

Naga le lanzó una mirada afilada.

—Eso es exactamente lo que diría alguien que ronca.

El grupo pasó el resto de la noche desempacando y explorando su nuevo hogar. Aunque había muchas diferencias entre ellos, ninguno podía negar que al menos estaban en la misma situación.

Primer día de clases

A la mañana siguiente, la academia cobró vida con un ajetreo caótico. Monstruos de todo tipo caminaban por los pasillos, algunos flotaban, otros reptaban, y unos pocos se teletransportaban de un lado a otro.

El Equipo 7 caminó junto por el pasillo central, atrayendo miradas y susurros.

—Ahí van los desafortunados…

—Escuché que pusieron a todos los rechazados juntos.

—No van a durar ni un mes.

Grimm apretó los puños, pero Selene le dio una palmada en el brazo.

—Tranquilo, grandote. No vale la pena enojarse por un grupo de idiotas.

Vlad sonrió con arrogancia.

—Déjalos hablar. Pronto verán quiénes son los verdaderos monstruos aquí.

La primera clase del día era Combate Mágico y Control de Habilidades. Al entrar en el salón de entrenamiento, un vasto espacio con arena negra y muros encantados para resistir cualquier ataque, el profesor, un esqueleto con túnica oscura y ojos brillando con fuego azul, los miró con interés.

—Bien, bien… parece que tenemos caras nuevas— dijo con voz hueca. —Vamos a ver si son tan buenos como creen.

Al frente del salón había una pizarra mágica donde los nombres de los equipos aparecían al azar. Los ojos de Rex brillaron con emoción cuando el nombre de su equipo apareció en la lista de combate.

—¡Nos toca pelear!— exclamó.

—¿Contra quién?— preguntó Naga, con el ceño fruncido.

El profesor sonrió.

—Contra el Equipo 1.

El salón estalló en murmullos.

—¿El Equipo 1?

—¿Los mejores contra los peores? Eso será un espectáculo.

Los miembros del Equipo 1 caminaron hacia el centro del salón. Eran cinco en total, y sus miradas de superioridad eran imposibles de ignorar.

—Vaya, vaya… así que nos toca jugar con los novatos— dijo el líder, un vampiro de cabellera blanca llamado Lucian Dracul.

Vlad entrecerró los ojos.

—Conozco ese nombre… es de una de las familias más antiguas.

—Entonces será más divertido aplastarlos— respondió Grimm, tronándose los nudillos.

El profesor levantó una mano y un círculo mágico apareció en el suelo.

—Normas básicas: sin ataques letales. Ganarán si logran derrotar a todos los miembros del equipo contrario o si logran sacarlos del círculo.

Morgana sonrió con confianza.

—Esto será interesante.

El profesor bajó la mano.

—¡Que comience el combate!

El primer combate del Equipo 7

El equipo enemigo se movió primero. Lucian desapareció en una nube de murciélagos y reapareció detrás de Naga, lanzando un golpe veloz.

Pero Naga ya lo estaba esperando. Esquivó con facilidad y sus ojos brillaron con un destello verde.

—No tan rápido…

Lucian se congeló por un instante, su cuerpo rígido como si algo invisible lo estuviera atrapando.

Selene aprovechó la distracción para moverse con rapidez. Sus alas se desplegaron y en un parpadeo, apareció al lado de otro oponente, un hombre lobo llamado Garrick, susurrándole al oído.

—¿Estás seguro de que quieres pelear conmigo?

El hombre lobo se estremeció, sus ojos nublados por la influencia de Selene.

Mientras tanto, Rex y Grimm se lanzaron contra otro enemigo, un gólem de piedra.

—¡Golpe combinado!— gritó Rex con una sonrisa.

Grimm asintió y ambos atacaron al mismo tiempo, enviando al gólem fuera del círculo con una explosión de fuerza.

Luna, flotando por encima de la batalla, bostezó y luego extendió una mano.

—Creo que es hora de dormir un rato…

Una neblina espectral cubrió el campo de batalla, haciendo que los enemigos restantes se sintieran pesados, como si el sueño los estuviera arrastrando.

Morgana rió suavemente mientras conjuraba una ráfaga de fuego púrpura en su mano.

—¿Terminamos esto?

Vlad sonrió.

—Por supuesto.

Un segundo después, el último enemigo cayó fuera del círculo.

El salón quedó en silencio.

El profesor observó el resultado y luego asintió lentamente.

—Interesante… parece que el Equipo 7 no es tan inútil como muchos pensaban.

El grupo se miró entre sí y por primera vez desde que llegaron, sintieron algo diferente.

Tal vez… solo tal vez…

Podrían ser más fuertes juntos de lo que nadie esperaba.

FIN DEL CAPÍTULO 3