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Chapter 2 - Mal sueño

Narrador: LoganEl silbido de las balas era ensordecedor.El estruendo de los disparos retumbaba en mi cabeza mientras me encogía más contra la roca que me servía de cobertura. Mi pecho subía y bajaba con fuerza, mi respiración era errática y mis manos temblaban alrededor del rifle.

{Demonios... Eso estuvo cerca.}

El impacto de un disparo había volado mi casco, rozando mi cabeza lo suficiente como para hacerme sentir el ardor en la piel. Si el calibre hubiese sido mayor, ni siquiera estaría aquí.

{Tranquilo, saldremos de esta. Solo tenemos que pensar en algo.}

Luna intentaba calmarme, pero su voz reverberaba en mi mente con una tensión apenas contenida. La lluvia de balas contra nuestra posición hacía casi imposible cualquier intento de repliegue.—¡RÁPIDO, HEX, SÉ ÚTIL Y LIBERA UNA DESCARGA HACIA EL SUELO PARA GANAR TIEMPO!Hammen rugió con desesperación desde su cobertura. No podíamos contraatacar. Cada vez que alguien intentaba asomarse, una ráfaga de disparos se encargaba de recordarnos lo que estábamos.—¡¿QUÉ ESPERAS, MALDICIÓN?!Hammen golpeó el suelo con el puño, frustrado, su rostro cubierto de sangre y polvo. Su brazo derecho colgaba a un lado de su cuerpo en un ángulo incorrecto.—¡, NOS VAN A FLANQUEAR!—N-no... Puedo mo... Verme...Hex estaba pálido. Sus manos temblaban mientras abrazaba su arma como si fuera un escudo, como si eso bastara para salvarlo. Su ojo perdido era una mancha oscura en su rostro sudoroso.—¡MARTÍNEZ, NECESITO UNA COBERTURA AMPLIA!Martínez, jadeante, levantó las manos y el suelo respondió. Rocas y polvo se elevaron, formando una barricada con algunas aberturas. No era perfecta, pero era suficiente. Apenas terminó, se desplomó sobre sus rodillas, exhausto.Las balas cesaron.Eso solo podía significar una cosa.—Maldición...Hammen tensó la mandíbula y giró hacia mí.—Logan, tú y Luna acaben con los francotiradores antes de que los demás nos flanqueen. Martínez y yo cubriremos su espalda.Mi garganta estaba seca.—Disparen a matar.Luna y yo nos miramos. No era una petición. No era un entrenamiento. Era un orden.Asentimos.—Bien. ¡Andando!Nos movimos en sincronía. Luna tomó posición con sus binoculares.

{Treinta grados a tu derecha. Detrás de los matorrales. Sin casco.}

Apunté.Era un hombre mayor.Su rostro lucía cansado. Resignado. Como si supiera que no debía estar aquí.Mi dedo se tensó sobre el gatillo.

{¡HAZLO YA! Ellos no dudaron cuando te dispararon.}

Disparé.El sonido de la carne siendo atravesada me provocó un nudo en el estómago.Volví a cubierto, recargué el rifle y apreté los dientes.

{Uno menos. Deja de culparte, su vida o la nuestra.}

{Para ti es fácil decirlo.}

Mi mano estaba firme, pero mi mente era un torbellino.

{No eres tú quien jala el gatillo y acaba con una vida. Solo me dices dónde están para que yo los asesine.}

Luna no tardó en responder.

{¡CREES QUE ES FÁCIL PARA MÍ! Yo veo sus rostros antes que tú. Yo decido a quién matar y a quién no. Mis manos están tan manchadas de sangre como las tuyas, pero mantengo la calma porque TENEMOS QUE SOBREVIVIR, MIERDA. Este ya no es un campo de entrenamiento. Mataré a cuantos tenga que matar para que salgamos vivos de aquí.}

Su voz dolía.No respondí. No había qué decir.Volví a apuntar.

{Ochenta grados a tu izquierda. Detrás de las rocas. Tienes ángulo.}

Disparo. Otra vida apagada.No hubo tiempo para respirar.Un balazo impactó cerca de mi mano, obligándome a cambiar de posición.La ráfaga de fuego enemigo retumbó en mis oídos.—¡SUÉLTAME!El grito me hizo girar.Luna estaba atrapada.Un soldado de la Alianza la tenía inmovilizada, su rifle presionado contra su cadera.—Si dan un paso, la mato.Mi corazón martilló contra mi pecho.

{Distráelo.}

Di un paso adelante.El soldado giró el arma hacia mí.Luna aprovechó el descuido.Golpe certero en el abdomen.Su mano libre tomó la del soldado, giró su cuerpo y en un solo movimiento lo dejó a su espalda en una llave de rendición.El disparo fue seco. Preciso.El cuerpo cayó.Luna se quedó quieta.No respiraba.No parpadeaba.Sus ojos, normalmente llenos de luz, eran ahora un reflejo vacío de la sangre en sus manos.—Luna...No pude terminar la frase.Corrió hacia mí, aferrándose a mi pecho con tanta fuerza que su temblor se filtró en mi piel.—Shhh... ya está... estás bien. Estoy aquí.Mis manos recorrieron su espalda con suavidad, hasta detenerse en su cabello rojo, acariciándolo con calma.Besé su frente.—Siempre te protegeré.Ella alzó el rostro, sorbió por la nariz y me dedicó una sonrisa rota.Pero lo peor aún no había terminado.Nos refugiamos en la trinchera.Las últimas dos horas estaban fundidas en mi memoria.Los cadáveres esparcidos a nuestro alrededor.El charco de sangre en la arena.Las balas que yo disparé.Cerré los ojos con fuerza, pero cuanto más intentaba alejar esos pensamientos, más reales se volvían.

{Tranquilo... veo que todo esto te perturba y a mí me pasa igual. Solo dame unos minutos y podremos estar en paz.}

Luna usó sus habilidades para suprimir el caos en mi cabeza. No eliminó los recuerdos, pero los entumeció. Era suficiente.—Bien... ellos de seguro saben que estamos aquí.Hammen rompió el silencio mientras manipulaba el mapa holográfico.Luna no tardó en soltar su protesta.—Creo que debemos abortar la misión. Estamos en territorio enemigo, sin contacto con el centro de control, y dos de nosotros no pueden continuar.Tenía razón. Pero volver sin nada significaba la muerte. Cassandra nos destrozaría.—Lo siento, Luna. Pero la única forma de salir de aquí es apoderarnos del cargamento y usarlo para volver a la base.Martínez explicó su idea. Un plan arriesgado.Luna cruzó los brazos.—No tenemos un vehículo para movernos, ¿cómo demonios planeas transportar un contenedor?Martínez rió.—Ese contenedor está anclado a un camión. Esa es nuestra salida.La miré de reojo.Sus ojos, normalmente duros, brillaban con el reflejo del atardecer.En ese momento, no sabía si sobreviviríamos la noche.Pero sí sabía que en cuanto cayera el sol… el infierno volvería a desatarse.