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Chapter 2 - capitulo 01: inicio de la aventura

En un Reino hay cinco jóvenes que se

adentran en aventuras para conocer el mundo y sus secretos y esos lugares

desconocidos los llevaran a batallas inimaginables. Pero antes de eso

retrocedamos el tiempo.

 

En un pueblo muy pequeño llamado takayama había

dos jóvenes llamados Vanssel y Galek eran muy amigos de la infancia, sus padres

eran muy cercanos ya que ellos fueron aventureros de jóvenes y fueron reconocidos

por el reino por sus grandes hazañas.

Pero Vanssel y Galek no se quieren quedar

atrás ya que ellos quieren ser mejores que sus padres y ellos no quieren

desperdiciar su talento. Entonces vallamos donde todo empezó donde Vanssel tuvo

otro motivo para salir de esa aldea, Y todo ocurrió en una noche.

Año 542

 

En el pequeño

pueblo de Takayama, Vanssel y Galek habían sido amigos desde la infancia. Ambos

compartían un sueño común: seguir los pasos de sus padres, quienes habían sido

conocidos aventureros en su juventud. Las historias de sus logros siempre les

inspiraron, y los dos se sentían decididos a dejar su propia huella en el

mundo.

Esa determinación

los llevó a enfrentarse a una noche que cambiaría sus vidas.

Era una tarde

tranquila, pero cuando el sol se puso y la oscuridad comenzó a envolver el

bosque, algo alteró la paz del lugar. Los jóvenes entrenaban en el claro

cercano al bosque, cuando de repente, unos gritos lejanos se escucharon en la

oscuridad.

 

— Vanssel, —dijo

Galek, con el rostro tenso—, ¿has escuchado eso?

 

— Sí, —respondió

Vanssel, su mirada fija en la dirección de los gritos—, hay algo mal en el

bosque...

 

— Galek, —intentó

razonar—, es peligroso. Debemos decirles a nuestros padres primero.

 

Pero la

curiosidad y la valentía de Vanssel lo empujaron a no esperar. Sin dudar, se

despidió de Galek y se internó en el bosque.

 

— ¡Vanssel!

—gritó Galek, pero su amigo ya había desaparecido en la oscuridad. Corrió hacia

la casa de sus padres para alertarlos.

 

Vanssel avanzaba,

manteniendo los sentidos alertas. Los gritos se habían desvanecido, pero algo

en el aire lo inquietaba. El bosque, que solía ser tranquilo, parecía estar

lleno de presencias extrañas. A medida que caminaba, algo le llamó la atención:

un hombre, caído en el suelo, inconsciente y gravemente herido. La escena era

extraña y alarmante, pero lo peor aún estaba por llegar.

 

De repente, un

fuerte rugido resonó a lo lejos, y el sonido de varios pasos pesados acompañó

la neblina de la noche. Un lobo gigante apareció entre los árboles, seguido por

varias criaturas más pequeñas. Sin pensarlo, las bestias se lanzaron al ataque.

Vanssel, paralizado por el miedo, observaba cómo la criatura más grande

devoraba al hombre caído. La presión de la situación lo hizo actuar

rápidamente: sacó su cuchillo de entrenamiento, pero sabía que no era

suficiente para enfrentarse a tales criaturas.

 

— ¿Qué hago?

—pensó desesperado, sintiendo que su corazón latía con fuerza en su pecho.

 

Cuando los lobos

se acercaron, Vanssel intentó defenderse con su cuchillo y su espada de madera,

pero los lobos eran rápidos y fuertes. El miedo lo paralizó, y pronto se vio

rodeado, con una herida en la pierna.

 

En un último

intento por salvarse, Vanssel se lanzó al suelo y, con gran esfuerzo, intentó

ocultarse en las sombras. El sonido de los lobos cerca de él lo mantenía

alerta, pero el dolor en su pierna le dificultaba moverse.

 

Mientras tanto,

Galek había llegado a la casa de sus padres, alertando a Blair, el padre de

Galek, sobre la situación.

 

— Papá, —dijo

Galek, preocupado—, hay algo en el bosque, y Vanssel fue a investigar.

 

— ¿Vanssel?

—preguntó Blair con tono serio—, ¿por qué no me avisaste antes?

 

— Lo intenté,

—respondió Galek, casi sin aliento—, pero no me escuchó. Fue a investigar, y

ahora no sé dónde está.

 

— Blair, —dijo

con decisión—, tenemos que ir a buscarlo. Vamos a Shinra, necesitamos su ayuda.

 

Blair, Galek y

Shinra, un viejo amigo, se apresuraron a adentrarse en el bosque. Sabían que no

podían perder más tiempo.

 

— Shinra, —dijo

Blair, mientras corrían—, no sabemos lo que está sucediendo, pero no podemos

quedarnos de brazos cruzados.

 

— Galek,

—preguntó Shinra, mirando a su alrededor—, ¿dónde exactamente estaba Vanssel?

 

— Él debería

estar cerca de aquí —respondió Galek, con nerviosismo—, pero no lo encuentro.

 

El bosque, denso

y oscuro, parecía cambiar a cada paso. La preocupación se apoderó de ellos,

pero no podían rendirse. La esperanza de encontrar a Vanssel sano y salvo los

mantenía firmes.