Liu Feiyang y Liu Chenyu se marcharon. El mundo exterior estaba conmocionado por las palabras del nieto del Emperador Qin, pero la Cabaña parecía no importarle. ¿Qué podían decir? El tiempo lo probaría todo. Anticipaban la brillantez que Ye Futian mostraría en el Mundo Antiguo Desolado.
A pesar de que su plano actual era bajo, Liu Feiyang y los demás creían que, juzgando por su actuación anterior, podría llegar a ser como Luo Fan había predicho tras entrar en un plano verdaderamente alto. Entonces esas personas callarían naturalmente. Sin embargo, el mundo exterior no lo veía de esa manera. Cuanto más hablaban las personas, más verdadero se volvía.
