Al ver el contraste, los aprendices de magia de Ciudad de Liguburg sabían que sin duda serían los perdedores.
Esa gigantesca Mano de Magia podría usarse totalmente como un escudo, y ninguno de sus hechizos de nivel uno podría romperla.
Mientras tanto, el enemigo podría atacarlos fácilmente desde detrás de la mano.
Pensando en eso, todos los aprendices de magia de Ciudad de Liguburg parecían incómodos.
Estaban tan avergonzados en este momento como antes habían despreciado a la gente de Delpon.
Como un hombre viejo y experimentado, Jerry sabía por sus expresiones que habían admitido su derrota en sus corazones. En vez de presionarlos, canceló la Mano de Magia y sonrió. —A diferencia de la mayoría de los Magos, nuestro maestro cree que lo básico es muy importante, y que si se dominan los hechizos elementales, será fácil comprender los hechizos avanzados.