—Las palabras de Roland eran arrogantes y engreídas, incluso ridículas.
—Sin embargo, Jason no pudo hablar por un momento, y sus labios se movieron dos veces, sin saber qué decir.
—Las mismas palabras, cuando las pronuncia un payaso, son naturalmente una broma, pero cuando las pronuncia un Tiranosaurio Rex, son un rugido de dragón.
—Roland, como el Mago número uno en el servidor, tenía una reputación indiscutible.
—Jason estaba atónito y no habló por un momento.
—En terminología de juegos, estaba impactado por las "palabras", fallando la verificación de inmunidad, y perdió una acción durante una ronda.
—Pero los jugadores eran jugadores después de todo: jóvenes de la nueva era que crecieron leyendo frases como "Mi vida depende de mí" y "Puedo reemplazarlo".
—Jason respiró hondo y arrojó ese pequeño pánico que acababa de sentir al fondo de su corazón. Sonrió con malicia y dijo: "Oye, ¿quién teme a quién, por qué no lo hacemos ahora…".