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—La extraña fuerza detrás de él provocó escalofríos en todo el cuerpo de Roland. De repente se giró, solo para ver una delgada y clara mano que se dirigía a su garganta.
—Los dedos de esta mano eran puntiagudos, con un esmalte de uñas como de sangre.
—Roland se inclinó abruptamente hacia atrás y liberó todo su poder mental para crear un Escudo Mágico.
—Los Escudos Mágicos eran generalmente transparentes, pero este era lechoso, ya no tan grueso como una cáscara de huevo sino de al menos tres centímetros de grosor.
—Por lógica, tal Escudo Mágico podría haber resistido todos los ataques por debajo del nivel de Legendario.
—Sin embargo, esta pequeña mano solo lo apretó suavemente, y el Escudo Mágico ya crujía como si se estuviera desmoronando.
—Las grietas se extendían desde donde el Escudo Mágico estaba siendo apretado.
—Roland había previsto la posibilidad un mes antes. Aunque incómodo, no estaba realmente nervioso.
