—¿Druidas Guardianes? —preguntó Rolando confundido.
Sabiendo que no tenía mucho conocimiento común sobre este mundo, Vivian le explicó con cuidado.
Resultó que los Druidas eran una clase especial de elfos. Constituían un gran porcentaje de la población y gozaban de un alto estatus social. Sin embargo, debido a sus diferentes ideologías, se dividían en los Equilibradores y los Guardianes.
Los Equilibradores se centraban en mantener el equilibrio del bosque élfico. Mataban lobos cuando había demasiados lobos y mataban conejos cuando había demasiados conejos. No les interesaba el mundo exterior, pero si algún ser humano se atrevía a pisar el bosque, se convertirían en pesadillas y perseguirían a los intrusos. Eran indiferentes a sus compatriotas que abandonaban el bosque y creían que se merecían cualquier cosa que les ocurriera, y que no serían esclavizados por los humanos si nunca hubieran dejado el bosque.
Por lo tanto, no tenían simpatía por los esclavos elfos.
