Gu Qiaoqiao se sobresaltó y miró hacia la persona detrás del mostrador, preguntando con sorpresa —¿Cómo lo sabes? ¿No deberías preguntarme qué es lo que me interesó?
El hombre de mediana edad soltó una carcajada malévola, subiéndose las gafas sobre el puente de su nariz, su sonrisa se hizo más pronunciada, pero no contradijo la afirmación de Gu Qiaoqiao y en serio preguntó en su lugar —Joven camarada, ¿podrías decirme qué fue lo que llamó tu atención?
Las emociones reprimidas de Gu Qiaoqiao comenzaron a mejorar poco a poco entre las burlonas pero relajadas preguntas del hombre de mediana edad.
Al mismo tiempo, también despreciaba su propia estupidez por considerar a Bai Yun como su única amiga, y luego dejarse guiar por ella.
Aunque el mundo pudiera estar nublado, también había sol por todas partes.
Los claros ojos de Gu Qiaoqiao se volvieron ligeramente, pensando que ya que el hombre de mediana edad había preguntado qué tesoro quería vender, no había necesidad de más preguntas.
