Ethan ya había averiguado por Lydia que Erica estaba regresando. Sabía que el regreso de Erica incrementaría los conflictos entre Ava y Dylan. Era su oportunidad para profundizar la brecha.
—Probablemente esté planeando levantar la prohibición y traerla a casa —dijo Ethan con certeza.
Ava se estremeció internamente, sus pensamientos un torbellino caótico. Parte de ella quería creerle. Sin embargo, una parte más fuerte aún dudaba de Dylan. Él le había prometido que nunca dejaría que Erica regresara. Y aunque regresara, no podría trabajar en ningún lugar de la ciudad. Ava creía que él no rompería esa promesa.
—No lo creo —replicó Ava—. Él no la dejará volver.
—Ava, ¿por qué eres tan ingenua? Ellos son primos —razonó—. Y su tía también está en la ciudad. ¿Crees que Lydia no presionaría a Dylan para que trajera de vuelta a su hija? ¿Y cuánto tiempo puede Dylan seguir negándose? La sangre siempre es lo primero para él. No te engañes pensando lo contrario.