—¡Sí! —Lola estaba igualmente sorprendida—. ¿No lo sabes? ¡Él no te lo dijo! —Estaba perpleja por qué Dylan aún no le había dicho a Ava que había corrido hacia el incendio para salvarla, ignorando la advertencia del guardia.
—Ava movió la cabeza con incredulidad, todavía sin poder procesar lo que estaba escuchando. Resultó que lo que había considerado un sueño era en realidad la realidad. Dylan había venido a rescatarla.
—Los guardias se negaron a ir a buscarte porque el incendio se había extendido por todas partes —explicó Lola—, pero Dylan no dudó. Ignoró las advertencias y corrió para encontrarte. No le importó su propia seguridad.
—Ava se quedó sentada, quieta, su mente corriendo con emociones encontradas. Había sido tan rápida en asumir lo peor de Dylan, convencida de que la había abandonado en su momento de necesidad.