Lola se volvió hacia Ava con la boca abierta, su sorpresa era palpable. —¿Exposición de arte? ¿En serio? ¿Desde cuándo te interesa el arte?
Nunca había visto a Ava asistir a tales eventos antes.
Ava sonrió. —Honestamente, nunca he ido a una antes. Pero quiero explorar cosas nuevas. Y, bueno… Nicholas me invitó a esta. Estoy realmente emocionada por ello —brilló con su sonrisa.
—Bueno, bueno… ¿Nicholas, eh? —La sorpresa de Lola se convirtió en una sonrisa cómplice, un brillo travieso en su mirada—. ¡Así que por eso le acabas de decir esa pequeñita mentira blanca a Dylan!
La sonrisa de Ava flaqueó ligeramente, una sombra cruzando su expresión. —Aunque Nicholas no me hubiera invitado, aún así no habría ido con Dylan. Habría encontrado otra razón para rechazarlo —respondió firmemente.
Lola extendió la mano y le dio a la de Ava un suave apretón. —Lo entiendo. Bueno, espero que te diviertas mucho mañana. Buena suerte —le ofreció a Ava una sonrisa cálida y solidaria.