—¡Tú! —La cara de Dylan se contorsionó en ira y confusión mientras miraba fijamente a Ava. Retiró la mano hacia atrás, puños cerrados como si intentara contener la tormenta dentro de él—. ¡Estás lista para recibir el golpe para salvarlo!
—Ya has armado un escándalo lo suficientemente grande. Estoy exhausta de esto—de tu mal genio, de tus celos, de todo —dijo Ava.
—¿Ah, así que ahora esto es mi culpa? —Dylan siseó—. Tú me mentiste en primer lugar, solo para estar con él.
—No mintió —Antes de que Ava pudiera responder, la voz feroz de Lola cortó la tensión. Se apresuró hacia Ava y empujó a Dylan, colocando una mano tranquilizadora en el hombro de Ava.
—¿Estás bien? —preguntó suavemente, escaneando la cara y la postura de Ava para asegurarse de que estaba ilesa—. Lo siento mucho por dejarte sola—me demoré un poco más en el baño.
—Gracias. No sé qué haría sin ti —suspiró aliviada Ava al ver a su amiga y rodeó a Lola con sus brazos en un rápido abrazo, murmurando.