Ava se desplomó en la cama, parpadeando ante la carpeta en un estado aturdido. Las letras negras parecían flotar en el aire. Esta era la verdad que había estado esperando, y con esta evidencia, las mentiras de Gianna podrían ser expuestas.
Pero su mente giraba con preguntas sin respuesta: ¿quién le había enviado este paquete?
Su corazón latía más rápido mientras encendía su laptop, conectando el pendrive.
La pantalla se iluminó, revelando una galería de fotos—Gianna y Brian juntos en escenarios íntimos. El pulso de Ava se aceleró al hacer clic en el primer archivo de video, y comenzó a reproducirse una grabación.
Era un video del doctor detallando cómo Gianna lo había sobornado para falsificar un informe médico, fabricando una historia de asalto para obtener simpatía.
Las manos de Ava volaron a su boca, un torrente de repulsión surgía dentro de ella. —Así que falsificaste el informe. ¡Qué astuta eres!