—¡Papá! —exclamó Ava con miedo y sorpresa, corriendo hacia él.
Se arrodilló junto a su padre. Lágrimas corrían por sus mejillas mientras le sacudía suavemente.
—Por favor, abre los ojos. ¡Di algo!
Dylan salió corriendo del dormitorio, sintiendo un vuelco en el corazón al ver la escena ante él. Agarró su teléfono y marcó al hospital para una ambulancia sin perder ni un segundo.
—Necesitamos asistencia médica inmediatamente —ladró al teléfono.
Se arrodilló junto a Ava, colocando un brazo firme alrededor de sus hombros.
—Ava, cálmate. La ambulancia ya viene. Va a estar bien.
La ambulancia llegó rápidamente, y Thomas fue llevado de urgencia al hospital. Había un ajetreo en la sala de operaciones, y solo aumentaba el miedo que Ava sentía crecer. Doctores y enfermeros se movían con propósito, sus rostros tensos de concentración.