—¿Regalo? ¿Realmente preparó un regalo para mí? —Ava parpadeó frente a la pantalla, sintiendo cómo se le cerraba el pecho. El texto era inesperado, la desarmó por completo.
Ava lo encontraba difícil de creer. Leyó el texto una vez más para confirmar que no lo había leído mal. —Sí preparó un regalo para mí —murmuró con asombro y duda.
Se levantó rápidamente, su curiosidad avasallando su escepticismo y se apresuró a salir del dormitorio. Sus pies se movían más rápido a medida que se acercaba al estudio, su corazón latiendo acelerado con anticipación. Empujando la puerta, encendió las luces y examinó la habitación, buscando una caja, una bolsa, algo que se pareciera a un regalo. Pero no había nada.