—Un aristócrata de bajo nivel como la familia Ling no podría disuadir al Joven Maestro ahora, ¿verdad? Frente a las Tres Grandes Autoridades, la familia perecería en poco tiempo. Claro, el Joven Maestro parecía bastante gentil y tranquilo, pero ¿alguna vez has oído la frase: «Aguas tranquilas corren profundas»? ¡Solo los tontos se atreverían a desafiar al Joven Maestro de la respetable familia Dong Fang! ¿Quién se atrevería a esperar que no tuviera nada con qué respaldar su prestigiosa posición en una familia tan renombrada?
—¡Boom!
—Justo cuando el Anciano Yu pensaba que realmente iba a palmarla de un infarto —con lo que había presenciado la historia de origen de la futura furia del Joven Maestro—, una espada se materializó de repente ante Gu Ruoyun.
—Parecía fuera de lugar. En lugar de deslumbrar con un lustre metálico regio, parecía que pertenecía al montón de chatarra: tanto la empuñadura como la hoja estaban cubiertas de un grueso óxido marrón. Sin embargo, era precisamente esta espada de chatarra la que había parado el asalto de Ling Xi. ¡Su espada, tan afilada en su intención asesina, fue detenida tan fácilmente por una espada oxidada, aparentemente decrépita!
—«¿¡Qué?! ¡Eso fue anticlimático! ¡Pensé que iba a ser algo enorme!»
—«¿Eso siquiera es una técnica legítima de Guerrero Marcial o algo así? Porque eso? Fue pésimo. ¿No puedes siquiera vencer a alguien en el nivel 6 de los rangos de reunión de Qi? ¡Vete a casa y mejora, hijo!»
—«¿Ling Xi se contuvo? Tiene que haberse contenido, ¿no? ¿Cómo si no sería tan fácilmente bloqueado?»
—Mientras la multitud se recuperaba de su desconcierto, comenzaron a llenar el aire con sus comentarios. No importaba lo que dijeran, el contenido era similar; nadie podía creer lo que acababa de suceder entre Gu Ruoyun y Ling Xi. Después de todo, ya habían visto la diferencia de poder entre los dos. ¡Un practicante de reunión de Qi de nivel 6 deteniendo el asalto de un Guerrero Marcial de bajo nivel era como un cuchillo siendo detenido por una rebanada de mantequilla!
—«Oh», dijo Gu Ruoyun, sonriendo, «no planeaba usar esto, ya sabes. ¡Mira lo que me hiciste hacer!»
—Ah, bueno. ¿Qué debo hacer a continuación? Oh, sí. Tú querías que yo muriera, ¿no?
—Ling Xi se recuperó rápidamente de su shock. —«¿Y qué si lo hice?» Esbozó una sonrisa burlona, «No creo que puedas decir lo mismo de ti misma. Tú y yo somos diferentes. A diferencia de mí, TÚ no tienes las agallas para siquiera TOCARME. Después de todo, SABES que no vivirás mucho si realmente te atreves a dañarme.»
—El Anciano Yu sacudió la cabeza ante su provocación descarada. Cualquier buena intención que la Señorita Gu tuviera de perdonar la patética vida de Ling Xi bien podría ser inexistente después de ese desafío no solicitado. De eso, estaba seguro.
—Lo que no estaba seguro, sin embargo, era lo que la Señorita Gu había conjurado para defenderse. Estudió la hoja oxidada atentamente, tratando de descifrar sus características. —«Es atípico, sí, pero no parece una Herramienta Espiritual de ningún tipo, ¿verdad? ¿Cómo la invocó?»
—Quizás... quizás los expertos de la Secta de la Refinación de Armas podrían discernir su origen. —pensó Hun Fei.
Hun Fei había estado observando la batalla que se desarrollaba con indiferencia gélida. Sus ojos solo se ensancharon brevemente en el momento en que Gu Ruoyun invocó esa espada oxidada. Después de examinarla rápidamente, sin embargo, sus cejas se fruncieron un poco en sorpresa envuelta en burla. —¿Eso? ¿Eso ni siquiera es un arma espiritual legítima? ¡Está incluso lisiada! Patética.
—Un arma espiritual lisiada podría ser identificada vagamente como una de las armas espirituales, pero su poder nunca podría igualar a los verdaderos. Solo por ese defecto evidente, la hazaña de Gu Ruoyun no merecía una mirada más cercana, ni ameritaba ningún cuidado o atención por parte de la Secta de la Refinación de Armas, —pensó.
Mientras tanto, de vuelta en el campo de batalla, Gu Ruoyun alzó una ceja en curiosidad dudosa, su sonrisa aún más azucarada. —Oh? ¿Qué final horrible podría posiblemente salir si eliminara a un sinvergüenza de la faz de este reino? ¡Supongo... solo puedo averiguarlo después de matarte!
—¡Ah, sí?! ¡Vamos entonces!
El rostro de Ling Xi se contorsionó en una sonrisa inhumana. Su cuerpo se lanzó en un movimiento difuso hacia Gu Ruoyun con la fuerza de un vendaval. Su espada deslumbraba con un intenso anhelo de sangre.
Se estaba acercando cada vez más.
Gu Ruoyun acarició el aire frente a ella suavemente con su Espada Espiritual Lisiada.
Inmediatamente, una enorme ráfaga de aire se dobló al movimiento y voluntad de su hoja, rodando, amontonándose, formándose en un gigantesco tifón que hizo retroceder a Ling Xi unos pasos en su mortal persecución.
Todos lo vieron y pudieron dar fe de ello: ella acababa de hacer un pequeño movimiento suave. Nada más, pero la fuerza...
—¡No me digas... no me digas que este era el tesoro que esa mujer desgraciada consiguió dentro de la Formación del Espíritu Celestial en aquel entonces?! —Un hombre entre la multitud exclamó en su mente mientras se frotaba los ojos incrédulo.
Su mente repasaba cómo había intentado arrebatar el tesoro de Gu Ruoyun en aquel entonces en la Formación del Espíritu Divino. En aquel entonces, su dignidad había sido pisoteada por esa joven dama y no se había recuperado desde entonces. Solo había venido aquí a ver la lucha. ¿Quién iba a ganar? Esperaba que Ling Xi fuera el encargado de ocuparse de ella.
Sin embargo, no esperaba ver lo completo opuesto de una derrota aplastante!