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El corazón de Gu Ruoyun dio un vuelco de inmediato. Ella miró el arma espiritual en sus manos con asombro. Pasó mucho tiempo antes de que recuperara sus sentidos.
—Entonces, ¿lo que Zixie quería decir era que de ahora en adelante, siempre que lo deseara, podría tener tantas armas espirituales como quisiera? —reflexionó.
Incluso en el East Peak Mainland, las armas espirituales eran extremadamente raras. Además, esto era en el West Spirit Mainland, que era mucho más pobre en recursos en comparación con el East Peak Mainland.
En la Secta de la Refinación de Armas, solo el Maestro de Secta poseía un arma espiritual de rango bajo y, aun así, la mantenía oculta como un gran tesoro.
—Si pudiera forjar un número ilimitado de armas espirituales... ¿Qué significaba esto? —se preguntó—. ¡Significa que en un futuro cercano, tendría un equipo extremadamente fuerte!
—No hay mucho tiempo, niña —Zixie revolvió el cabello de Gu Ruoyun—. Tienes que crecer lo más rápido que puedas, pues la recuperación de mi fuerza depende de tu crecimiento.
—Zixie... —Gu Ruoyun levantó la cabeza para mirar la hermosa cara de Zixie—. Se mordió el labio y preguntó:
— ¿Quién es tu enemigo? ¿Y qué enemigo se supone que debo enfrentar en el futuro?
Zixie bajó la cabeza y sonrió a la chica frente a él:
—Hay algunas cosas que aún no puedo decirte, niña, pero te puedo hacer una promesa. Cuando regreses a East Peak Mainland y vengues a tu madre y a tu hermano de tu vida anterior, te lo contaré todo.
Gu Ruoyun se quedó helada al escuchar esto:
—¡Está bien, pronto tendré mi venganza! Cuando llegue el momento, dime todo lo que sabes, incluyendo la identidad de Qianbei Ye.
—Lo prometo.
La sonrisa en la cara de Zixie se hizo más profunda. No se dio cuenta, pero esos ojos violetas comenzaron a llenarse con la intención de mimarla.
...
Justo cuando había salido de la Pagoda Divina Antigua, Gu Ruoyun sintió una cálida respiración en su rostro. Inmediatamente, su corazón se llenó de alarma. Rápidamente abrió los ojos y lanzó un puñetazo sin siquiera mirar.
—¡Peng!
El puñetazo le pegó directamente en el ojo. El culpable se agachó lastimosamente en un rincón, sus ojos llenos de lágrimas fijos en una mirada llena de acusaciones como si Gu Ruoyun hubiera cometido un crimen imperdonable contra él.
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Sin embargo, cuando se acompañaba de ese rostro excepcionalmente hermoso, su mirada de lástima era simplemente un festín para los ojos. Ni siquiera las palabras "devastadoramente hermoso" serían suficientes para describir su asombrosa belleza.
Por supuesto, primero tendrías que ignorar el ojo negro a la izquierda...
—¿Xiao Ye?
Gu Ruoyun parpadeó—. ¿Qué te pasó en el ojo?
—¿Qué le pasó a mi ojo? ¿Acaso no fue obra suya? —pensó Qianbei Ye.
Qianbei Ye puso cara de esposo insatisfecho—. Vine a despertarte, pero...
Gu Ruoyun de repente recordó haber lanzado el puñetazo. Se tocó la nariz, sintiéndose un poco avergonzada—. Lo siento, ¡no sabía que eras tú! Por cierto, ¿por qué no esquivaste el puñetazo?
—¿Esquivar? —Qianbei Ye frunció el ceño—. No sé cómo esquivar.
—Eh...
—Solo sé cómo contraatacar.
Qianbei Ye entonces alzó la cabeza para mirar a Gu Ruoyun.
Quizás la palabra "esquivar" no existía en su mente, por lo que no habría sabido cómo hacer tal cosa. En su mente, él mataría a cualquiera que se atreviera a hacerle daño, ¿entonces por qué necesitaría esquivar?
—Entonces, ¿por qué no contraatacaste?
Gu Ruoyun preguntó, un poco confundida. Viendo el poder que Qianbei Ye había mostrado cuando mató a Ling Yi tan fácilmente, ella no habría podido herir ni siquiera un solo cabello de su cabeza si él no lo hubiera deseado.
Qianbei Ye pensó por un momento, luego sacudió la cabeza y dijo—. No podía contraatacar. No puedo controlar mi fuerza cuando contraataco. Podría haberte lastimado.
Entonces, ¿él había recibido mi puñetazo de manera voluntaria? Gu Ruoyun estaba atónita. Abrió la boca para hablar, pero no sabía qué decir…