En ese momento, en los cuarteles de la Secta de la Refinación de Armas, el rostro de Hun Fei estaba pálido como un fantasma. Shi Yun, que estaba sentada a su lado parecía estar en trance, con las cejas fruncidas y profundamente pensativa.
—Señora, no se preocupe. Atraparemos a Gu Ruoyun y le dedicaremos su Energía Espiritual a usted —apretó los puños con fuerza y dijo entre dientes—. ¡No estaré contento hasta que mate a esa alimaña!
La mirada de Shi Yun se oscureció. Lentamente posó su taza de té y dijo:
— Hun Fei, no tomes ninguna acción precipitada. Si las Tres Grandes Autoridades se enteran, meteremos en problemas a toda la Secta de la Refinación de Armas.
—Señora, entonces ¿qué debemos hacer? Seguramente, ¿no podemos dejarla libre por más tiempo?
—¡No! —Shi Yun negó con la cabeza—. Un destello de crueldad cruzó por sus ojos—. Se rió suavemente—. Matarla no es imposible, ya que las reglas establecidas por las Tres Grandes Autoridades nos prohíben atacar a los débiles. Pero una vez que ella alcance el nivel de General Marcial, ya no estaría en ese rango. Lo único es que su avance al nivel de General Marcial podría tardar fácilmente diez años. No puedo esperar tanto tiempo... —hizo una pausa y continuó:
— Además... ¡no quiero que Gu Ruoyun muera! —La sonrisa de Shi Yun tenía un rastro de travesura—. Quiero absorber toda su Energía Espiritual, luego dejarla inválida y torturarla mientras viva. Ya que eligió engañar a Qianbei Ye con sus palabras y hacer que Qianbei Ye dependiera tanto de ella, entonces ella... —la sonrisa se ensanchó— ¡debe pagar con su vida!
Al mirar a Shi Yun ahora, el corazón de Hun Fei temblaba.
Shi Yun había parecido tan suave como una brisa frente a los demás. ¡Pero nadie mejor que él conocía los verdaderos colores de esta mujer! —recordó con un escalofrío—. Al principio, para obtener su posición máxima en la Secta de la Refinación de Armas, había recurrido a envenenar a su hermana gemela mayor, aquella chica que tenía su misma apariencia, pero era verdaderamente amable y extraordinariamente talentosa...
Sin embargo, todo esto sucedió con su ayuda.
Pero si ella podía incluso hacerle daño a su propia hermana gemela, ¿qué no podría hacer?
—Señora, ¿tiene algún otro buen plan? —Hun Fei frunció el ceño—. ¿Hay alguna forma de evitar los ojos de las Tres Grandes Autoridades en el Continente y secuestrar a Gu Ruoyun sin que nadie lo note?
—Shi Yun resopló:
— ¿Por qué necesitamos evitar sus ojos? Leng Yanfeng es uno de mis hombres en la Secta de la Refinación de Armas. Si se casa con Gu Ruoyun, entonces Gu Ruoyun pertenecerá a la Secta de la Refinación de Armas. Las Tres Grandes Autoridades ni siquiera pestañearían si decidiéramos matarla o despellejarla. Ya he insinuado que quiero que Gu Ruoyun deje a Qianbei Ye. Leng Yanfeng es un hombre inteligente que está fascinado conmigo. ¡Sin duda se metería en agua hirviendo y caminaría sobre fuego por mí! ¿Por qué no debería utilizar a alguien así? Si esto resulta, Gu Ruoyun tendrá que agradecerme. Si fuera sólo por su talento y potencial, ¡ni en una vida sería una novia adecuada para Leng Yanfeng!
Incluso si Leng Yanfeng no fuera miembro de la Secta de la Refinación de Armas, ¡esa mujer aún no sería una novia adecuada para él! —continuó Shi Yun, su voz bañada de menosprecio—. Después de todo, él era el príncipe heredero de un país.
La mandíbula de Hun Fei cayó de asombro. Él había pensado que él mismo ya era bastante cruel.
Sin embargo, ¡la Dama Shi Yun claramente era más cruel! Para lograr sus objetivos, ¡haría absolutamente cualquier cosa!
Mientras Shi Yun tramaba contra Gu Ruoyun, el Emperador del País del Dragón Azul se enfrentaba a una tormenta.
No había otra razón. El General Luo era el padre más protector de su propia hija en todo el País del Dragón Azul. Por lo tanto, cuando se enteró de que Luo Yin había sido tomada como rehén por Ling Yi, estalló de inmediato en ira. Trajo un tropel de hombres para capturar a la maltrecha Ling Xi e incluso demolió la sala de duelo que se había establecido para Ling Yi.