Qué gracioso. Cuando Gu Ruoyun le pidió que viniera a tomarlo, él la había insultado gravemente.
—¡Tos! ¡Tos! —Ling Xi tosió dos bocanadas de sangre. Su mirada siniestra y despiadada se fijó en Gu Ruoyun—. ¡Pequeña perra, estás muerta!
—¡Fwah! —Su voz apenas se había desvanecido cuando él levantó su espada de nuevo y se lanzó hacia Gu Ruoyun.
Gu Ruoyun sostenía firmemente su espada. Una ráfaga de viento surgió de la espada espiritual entre sus dedos. Ling Xi apenas había reaccionado cuando una inmensa presión fue generada por la espada espiritual, deteniéndolo de nuevo en sus pasos por dos segundos.
En el lapso de estos dos segundos, Gu Ruoyun ya estaba frente a él. La empuñadura de la espada larga golpeó con fuerza en el estómago de Ling Xi. Él escupió sangre fresca mientras tropezaba y caía.
—Tú… —Ling Xi apenas había abierto la boca cuando vio a una dama vestida de negro caminando hacia él.
Bajo el sol, esa delgada figura parecía estar envuelta en un resplandor. Una tenue sonrisa se podía ver en su delicada y bonita cara. Sin embargo, en este momento, Ling Xi tuvo la sensación inquietante de que era un demonio sonriéndole, haciéndole erizar el pelo.
—¿Qué quieres? Gu Ruoyun, te advierto, mi tía es la soberana reinante Emperatriz Real. También tengo a la Secta de la Refinación de Armas como mi respaldo. ¡Antes de herirme, más te vale pensar cuidadosamente en tu propia seguridad! —Cuando sintió el frío helado en su cuello, miró nerviosamente a Gu Ruoyun y gritó imprudentemente.
Cuando ella escuchó esto, Gu Ruoyun guardó su espada.
Inmediatamente, Ling Xia se sintió aliviado. Un atisbo de orgullo brilló en su rostro.
Con estos respaldos, ¡incluso si ella tuviera cien agallas, no se atrevería a matarlo!
—¿Matarlo? —Gu Ruoyun sonrió—. Soy una persona buena. ¿Cómo podría matarte? Ling Xi, ya eres un inútil. Incluso si te cultivas hasta agotarte, todo será en vano. Si ese es el caso, entonces te dejaré convertirte en un inútil de verdad. Después de esto, si necesitas que yo te ayude a liberarte o arrastrar tu existencia ignominiosa, tú decides —Todo el tiempo que decía esto, Gu Ruoyun era la perfecta personificación de una persona buena, todo sonrisas.
—Tú… —Ling Xi apenas había dicho una palabra cuando un dolor penetrante vino de su muñeca. Casi se desmaya del dolor.
¡Eso dolía! ¡Y mucho! Aparte de triturar huesos, el mayor dolor del mundo era el rompimiento de los músculos isquiotibiales y los tendones.
Y esta mujer había roto los músculos isquiotibiales de sus piernas y los tendones de sus muñecas.
—¡Aaaaaahhhhhh! —Bajo el intenso dolor, Ling Xi gritó y aulló. Cuando Gu Ruoyun rompió el segundo músculo isquiotibial de su pierna, él quedó noqueado por el dolor.
—Ling Xi, esta vez, estoy ayudando a Gu Ruoyun a tener su venganza. —Gu Ruoyun era ella, y ella era Gu Ruoyun. Aunque la muerte anterior de Gu Ruoyun estaba relacionada con el viejo de la familia Gu, él tampoco podía ser completamente eximido de culpa. Romper sus isquiotibiales era la mejor represalia para él…
—¡Xi'er! —De repente, un aullido furioso rompió abruptamente el aire.
Cuando Gu Ruoyun se volvió para mirar, vio una figura anciana abalanzándose hacia ellos desde la multitud. Con los ojos rojos, Ling Yi miró a Ling Xi que yacía en un charco de sangre. Lentamente giró su mirada hacia Gu Ruoyun. Sus globos oculares parecían a punto de estallar mientras gruñía:
— Gu Ruoyun, te atreviste a herir a mi nieto. ¡Hoy, quiero que pagues mil veces más! ¡Es inútil rogar piedad ahora!
¡Muerte para ella! ¡Solo su muerte podría compensar lo que hizo a su nieto! Cuando pensó en esto, Ling Yi se abalanzó hacia Gu Ruoyun en furia. Su intención de matar se esparció por toda la tierra.
Justo cuando estaba a punto de alcanzar a la joven dama, una figura bloqueó a la dama con una mano levantada e interceptó el ataque de Ling Yi…