En el complejo familiar de los Gu, la mirada de Gu Xianglin barrió todo el patio. Tan pronto como vio al grupo de personas que venían del antesalón, la arrogancia en su rostro se fue atenuando gradualmente. Se acercó con paso firme y dijo:
—Abuelo, Padre, Madre y Hermanita, he vuelto. ¿Ha estado todo bien durante estos años? Ah, ¿dónde está Gu Ruoyun? ¿Por qué no está aquí para darme la bienvenida?
Las cejas de Gu Xianglin se fruncieron.
—¡Él solo sentía desprecio hacia Gu Ruoyun! ¿Qué importaba si Gu Shengxiao lo había superado en todo, no seguía siendo su hermana una inútil? Si no fuera porque llevaba la sangre de la familia Gu en sus venas, habría sido expulsada hace mucho tiempo.
—¡Hmpf! —El anciano gruñó y dijo venenosamente:
— ¡No menciones a ese animal!
—¿Por qué? —Gu Xianglin estaba un poco sorprendido—. Incluso si al anciano no le gustaba Gu Ruoyun, no la habría insultado de esa manera. Parece que algo debió haber pasado durante su ausencia.
