—Susu, no puedes compararte con ella —dijo Zuo Shangchen con indiferencia, apartando la mirada de la chica tras él—. De hecho, sería mejor que no la ofendieras o de lo contrario no podría protegerte.
Susu se mostró sorprendida. Miró incrédula a Zuo Shangchen mientras sus ojos se llenaban de dolor.
—Hermano Chen, siempre has sido muy protector conmigo desde que éramos pequeños. Sin embargo, ¿ahora me has dado una advertencia por causa de otra mujer? Si he hecho algo mal, ¿puedes decírmelo? Puedo cambiar —dijo Susu, intentando contener sus emociones.
—No, tú no estás en un error —Zuo Shangchen sacudió la cabeza y guardó su abanico de plumas—. En mi corazón, solo te veo por siempre como mi hermana menor. Aun así, aunque fueras mi hermana, espero que no te acerques demasiado a mí. Ahora, solo me preocupo por tu seguridad al decirte que no causes problemas con ella. De otra manera, tendrías que sufrir las consecuencias.
¿Una hermana menor?
¡No!