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Guiado por un sirviente, General Gu entró arrogantemente hasta aparecer frente a Gu Ruoyun. Quedó estupefacto al ver al Anciano Yu junto a ella. La expresión arrogante en su rostro se transformó instantáneamente en una sonrisa aduladora.
—Anciano Yu, no sabía que usted también estaría aquí —Era obvio que General Gu veneraba al Anciano Yu, quien era un Rey Marcial.
El Anciano Yu gruñó y no lo miró. Era como si la persona frente a él fuera un montón de basura y mirarlo contaminaría sus ojos.
—Dinos, ¿por qué has venido aquí a buscar a la pequeña? —El tono del Anciano Yu era indiferente y dominante.
—Bueno... —General Gu miró vacilante al Anciano Yu—, Anciano Yu, me gustaría hablar con ella en privado.