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Entre la torre más alta de la Ciudad de Ángstrom, la Gran Duquesa Edwina empujó suavemente una puerta de madera tallada y observó a la anciana elfa que utilizaba un extraño dispositivo para observar el cielo, su cabello era completamente blanco y su rostro mostraba muchas arrugas.
—Buenos días, Maestro Mara —saludó la Gran Duquesa Edwina.
—Duquesa Edwina, la estrella de esta mañana brilla particularmente fuerte. Indica que hoy será un día afortunado. Supongo que debería preparar mi "poción potenciadora del alma" más tarde, entonces.
—Han pasado dos años desde que intentaste desarrollar la poción potenciadora del alma. ¿Cómo va el progreso? —preguntó la Gran Duquesa Edwina. Después de escuchar que la Maestro Mara iba a hacer la poción basándose en su propia suerte, las cosas probablemente no iban demasiado bien para ella.
