—Tenemos a Abel, ¿no? —Carlos ya no estaba tan estresado como antes cuando le habló a Abel.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó Abel.
—¿No tienes una bolsa de portal? Nos puedes ayudar a llevar el cadáver de vuelta —dijo Carlos señalando hacia los cuerpos sin vida en el suelo.
—Abel, no le hagas caso. No puedes ensuciar tu bolsa de portal de esa manera —Camila intervino.
—No te preocupes Camila, tengo otra —dijo Abel después de escuchar a ambos hacer sus bromas.
—¿Otra, dónde encontraste todas estas cosas de portal? —dijo Carlos. Inmediatamente saltó y agarró a Abel por los hombros.
—Fue un botín de guerra de la última vez que luché junto al profesor. Solo conseguí una; el profesor consiguió 2 bolsas de portal, creo —Abel enfatizó cuando habló de las 2 bolsas de portal, lo que hizo que los ojos de Carlos se abrieran como un balón.