—La última vez, Ye Wanlan casi hiere la mano derecha de Sheng Yunyi; esta vez, se espabiló y eligió como objetivo el cuadro en vez de eso. Desafortunadamente, sigue siendo una táctica de bajo nivel, despreciable y que no podría mostrarse al público —mientras él hablaba, no hubo respuesta; Zhou Hechen de repente se dio cuenta de que su secretario no lo seguía como de costumbre.
—Sheng Yunyi también lo notó y finalmente habló —Hechen, ¿qué le pasó al Secretario Li?
—Zhou Hechen frunció el ceño —Dijo que se le dislocó la mandíbula por masticar demasiado fuerte durante una comida. Le di un tiempo libre y actualmente está recuperándose en el hospital.
—La capacidad de trabajo del Secretario Li siempre había sido reconocida por él; fue inesperado que ocurriera tal accidente ridículo.
—Entonces que descanse bien —dijo Sheng Yunyi con dulzura—. Realmente no es nada, solo un cuadro. Puedo dibujar otro. Es solo que el Hotel Montaña de Oro...