Yu Xi le preguntó a Jian Yiling—¿Sabes cómo usar esos dos libros que tienes en las manos?
La apariencia de Jian Yiling le preocupaba mucho a Yu Xi.
Temía que ella llevara los libros en sus manos para discutir con He Yan. Con la astucia de He Yan, no había ninguna posibilidad de que Jian Yiling pudiera demostrar el crimen de He Yan solo con esos dos libros.
Si Jian Yiling hiciera esto, podría causarle aún más problemas.
—Sé cómo hacerlo.
El tono de Jian Yiling era tranquilo y seguro.
Sin embargo, su apariencia aún daba una impresión suave y adorable.
Yu Xi aún pensaba que ella era poco fiable en estos aspectos—. ¿Por qué no dejas estos dos libros conmigo? Si los necesitas, ven y búscame.
—No es necesario —respondió Jian Yiling. Rechazó su sugerencia sin vacilar.
—Entonces... entonces ten cuidado —advirtió Yu Xi. Le preocupaba enormemente que Jian Yiling hiciera alguna tontería y terminara metiéndose en problemas.
