He Yan observaba al joven que estaba a su lado. Él tenía una belleza extraordinaria. Su corazón latía a cien millas por hora.
En ese momento, He Yan repasaba mentalmente lo que debería decir.
Jian Yujie se sentía bastante incómodo con el hecho de que aquel hombre no dejaba de mirar a su hermana con ojos depredadores.
Especialmente porque el hombre era un notorio playboy. Jian Yujie instintivamente no quería que ese hombre se acercara demasiado a su hermana.
Jian Yiling sostenía su taza de té con ambas manos. Bebía el té con cuidado. Desde el momento en que Zhai Yunsheng se sentó, Jian Yiling solo pensaba en una cosa. Y esa cosa era que había desperdiciado su comida ese día.
En ese tiempo, ella había oído el rugido de su estómago. Por lo tanto, había pensado que esa persona necesitaba comida.
Sin embargo, esa persona era Zhai Yunsheng. Definitivamente no le faltaba comida.
