Por la tarde, Jian Shuxing y los demás abandonaron la Residencia Antigua Jian.
Al regresar a casa, Jian Yunnao fue inmediatamente a buscar a Mo Shiyun.
—¡Quería encontrarla y preguntarle por qué había hecho tal cosa! ¡¿Por qué me mintió?!
Mo Shiyun pasaba los fines de semana en su habitación. Durante ese tiempo, siempre estudiaba y nunca salía de casa.
Tenía que trabajar el doble de duro para entrar en una buena universidad para sus exámenes de ingreso al colegio.
Cuando estaba estudiando, recibió una llamada de Jian Yunnao.
Mo Shiyun tuvo una mala sensación cuando leyó que Jian Yunnao le pedía que se encontraran. Él dijo que necesitaba preguntarle algo.
Los nudillos de Mo Shiyun se pusieron blancos mientras apretaba su teléfono.
En su corazón, se advirtió a sí misma: si se trata del regalo de Yuncheng, tenía que responder según el plan original. No debía cometer un error. ¡Esto estaba relacionado con el trabajo de su madre! ¡No podía destruir la única esperanza de su madre!
