Fu Qiyuan se volvió y Su Ran miraba hacia abajo, su rostro era indescifrable.
El siguiente segundo.
Una voz serena se escuchó.
—No es que no seas suficiente, es solo que aún no estoy mentalmente preparada, yo...
—Te esperaré.
Su Ran alzó la vista de repente y se encontró accidentalmente con los profundos y oscuros ojos del hombre.
Fu Qiyuan sonrió levemente, sus largos y marcados dedos apartando un cabello rebelde detrás de su oreja.
—No importa cuanto tiempo tome, te esperaré.
Sus ojos se enrojecieron sin previo aviso, y todas sus preocupaciones se desmoronaron en un instante.
Eres tan maravilloso, ¿cómo podría soportar hacerte esperar demasiado?
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Dos tazones de sopa de mijo, dos huevos hervidos, dos porciones de tortitas de huevo, un hogar con dos personas y comidas a lo largo de cuatro estaciones, acogedor y romántico.
Después de disponer todo, Su Ran se sentó frente a Fu Qiyuan.
—¿Lo pruebas?