—Abuela, usted... —La anciana agitó su mano y tomó afectuosamente las manos de Su Ran—. No hay necesidad, Ranran, la abuela puede regresar sola. Es tan tarde y no es seguro para una chica como tú ir a casa sola. Deja que Qi Yuan te lleve a casa.
—Ella no había llamado a este chiquillo en medio de todo solo para molestar. Si no podía atrapar a una nieta política, tampoco tenía intención de quedarse con este nieto.
—Abuela, estaré bien regresando sola, pero usted... —Yo también estaré bien, he llamado a un conductor. Aun así, Qi Yuan debería llevarte a casa.
—Después de terminar sus palabras, sin darle a Su Ran ninguna oportunidad de objetar, la anciana miró directamente a Fu Qiyuan con una cara severa—. Qiyuan, debes llevar a Ranran a casa de forma segura.
—La advertencia era clara en sus ojos envejecidos, como si fuera a devorarlo vivo si se atrevía a decir una palabra en contra. Una pizca de diversión tiñó los ojos de Fu Qiyuan mientras asentía de acuerdo—. Sí.
—Su Ran: "..."