—Hace tiempo, ¿no crees que es momento de presentarla a los hermanos? —Fu Qiyuan hizo oídos sordos, sin molestarse en levantar la cabeza.
—Ya que Chi Mu también está aquí hoy, ¿por qué no la presentamos hoy en lugar de elegir otro día? Trae a tu esposa a conocernos, ¿puedes hacer eso, jefe? —Fu Qiyuan mantuvo la cabeza baja, ocupado con los documentos en sus manos, sin siquiera darle una mirada a Mo Shangjie.
Al ver esto, Mo Shangjie de repente pareció tener una revelación y exclamó:
—No me digas, jefe —¿aún no has conquistado a la cuñada? —Al oír esto, Qin Feng permanecía al margen con una expresión de alguien tratando de contener la risa, ligeramente inclinando la cabeza mientras las comisuras de su boca se retorcían con fuerza. ¡Eso dolió, hermano!
Fu Qiyuan finalmente le dio una mirada a Mo Shangjie. La mirada habitualmente lánguida y fresca se volvió profunda y, aunque las emociones en sus ojos eran indistintas, enviaban un escalofrío por la espina dorsal:
