—¿Y qué si lo soy? —la mujer petite, que todavía no había superado la sensación placentera de llegar al clímax, se alteró por su pregunta repentina y respondió enojada.
—Nada. Es bueno que lo seas —Max sacudió la cabeza sonriendo.
Sin embargo, interiormente estaba sorprendido. Dado que el estatus de las mujeres en este mundo era más alto que el de los hombres, en la mayoría de los casos, podían hacer lo que quisieran y no eran conservadoras con respecto a sus necesidades sexuales. Era muy poco común que una mujer mayor de treinta años fuera virgen.
—¡Humph! —la mujer petite resopló, pero no se atrevió a mirarlo a los ojos por la vergüenza.
—¿No vas a d-desvestirte también? —preguntó.
—¡Oh! Lo haré —Max se dio cuenta de que todavía estaba vestido con ropa empapada de su sudor. Se apresuró a quitársela y controló su mana elemental de fuego a su alrededor.
Sizzle~
